El Puerto Accidente de tráfico: vuelca un camión que transportaba placas solares

Crónica personal

Pilar / Cernuda

Blindaje

NUESTROS BMR no están blindados. Afganistán no es un país en guerra según la terminología del Gobierno, que además siente complejo cada vez que se hace necesario incrementar los presupuestos de Defensa. A cuatro días del desfile de las Fuerzas Armadas para conmemorar la fiesta nacional, el cabo Cristo Ancor Cabello ha resultado muerto en Herat, y cinco de sus compañeros gravemente heridos. El BMR con el que se trasladaban no pudo soportar el impacto de una mina y reventó por los cuatro costados. No hay blindados para todos, dicen en Defensa.

No los hay, pero debería haberlos. En el Líbano tuvimos una experiencia parecida, también mortal, y no es la primera vez que tropas españolas destacadas en Afganistán sufren las consecuencias de trabajar en  una zona de guerra. De guerra. Lo sabe perfectamente la ministra Chacón, que ha viajado a Herat y Kala i now media docena de veces y es consciente de que nuestras tropas allí tienen que vérselas con ejércitos talibanes perfectamente armados,  con señores de la guerra que no sólo luchan contra el invasor, sino que defienden sus plantaciones de opio, y que cada día tienen que vérselas también con el rechazo de una población que, hasta ahora, jamás ha sido vencida por quienes han intentado controlar el país. Que se lo digan, si no, a los soviéticos, que a pesar de su poderío militar se vieron obligados a salir, derrotados, de  Afganistán.

Estamos en guerra, y nuestras tropas, perfectamente adiestradas para ello, deberían contar también con el material apropiado para defenderse. Y deberían contar también con la autorización necesaria para atacar; ahora solamente se les permite un papel defensivo. Tan es así que, cuando hace dos semanas, una patrulla española se vio rodeada por tropas hostiles, tuvieron que llamar a los italianos para que enviaran dos aviones con los que  bombardear a los atacantes. Los italianos, que salvaron la vida a los españoles, se quejan desde hace tiempo del papel del Ejército español,  porque a pesar de su preparación el Gobierno no le permite intervenir en operaciones de desarticulación o eliminación del enemigo.

De nada sirve contar con un ejército espléndidamente formado, dispuesto a luchar donde haga falta y como haga falta, si no se les facilita los medios para garantizar su seguridad.  Y que no nos vengan con que no hay de dónde sacar dinero para blindar todos nuestros vehículos de transporte: se nos ocurren  mil ideas que proponer al Gobierno Zapatero para que borre partidas presupuestarias que no tienen ningún sentido, excepto presumir de un izquierdismo trasnochado, y destine esos fondos a nuestros soldados.

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