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Cuchillo sin filo

Francisco Correal

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Bisiesto

Pedro Sánchez es inelegible porque nació un 29 de febrero: tiene 11 años, los cumple cada cuatro

El problema de Pedro Sánchez para ser elegido presidente no radica en las pretensiones de Unidas Podemos de entrar en el Gobierno con uno o varios ministerios; en el cordón sanitario de Ciudadanos para que su líder rechace las invitaciones a La Moncloa del presidente en funciones; tampoco en las taifas uniprovinciales donde se está jugando el futuro de la gobernabilidad de un país: Murcia, Navarra, Madrid. Pedro Sánchez tiene un problema de inelegibilidad del que ninguno de sus adversarios políticos parece haberse percatado.

Pedro Sánchez no puede ser elegido presidente por la sencilla razón de que tiene once años de edad. Es como si yo propusiera a mi hijo Paco, que tiene doce y acaba de terminar primero de Secundaria. Si celebramos el cumpleaños en cada aniversario de nuestro nacimiento, los nacidos en 29 de febrero, que es el caso que nos ocupa, han de esperar cuatro años para apagar las velas de la tarta. No se le puede negar a Pedro Sánchez una predisposición para la política, porque cada uno de sus años dura una legislatura completa. Nació el 29 de febrero de 1972. Los años olímpicos son bisiestos y tienen 366 días. Pedro Sánchez vino al mundo el año de los Juegos Olímpicos de Múnich, palabra unida a la película de Spielberg sobre los atentados contra la delegación israelí en la Villa Olímpica.

Cumplió un año en Montreal 76, el año que llega Suárez a la Presidencia del Gobierno; dos añitos tiene el mozo en Moscú 80, cumpliéndolos un día después del 28-F; tres en Los Ángeles 84, cuando reinó un Albatros en las piscinas y fuimos plata en baloncesto; cuatro en Seúl 88, la trepidante carrera de Carl Lewis y Ben Johnson; cinco en Barcelona 92, cuando Cataluña todavía era Jauja; seis en Atlanta 96, el año que llega Aznar; siete en Sidney 2000, las antípodas con las cábalas de Dionisio el Exiguo; ocho en Atenas 2004, año en el que se estrena en La Moncloa Zapatero; que repetirá mandato en Pekín 2008, cuando Pedro Sánchez cumple nueve años; los diez los hace en Londres 2012, mucho antes del Brexit; y los once en Río 2016, con Rajoy agotando su credibilidad. Su viaje a Osaka coincidiendo con el estreno de la película Los Japón lo ha aprovechado para preparar las doce primaveras invernales que cumplirá el año de los Juegos de Tokio 2020. Todo presidente del Gobierno aspira a hablar en la ONU. Pedro Sánchez debería hacerlo en Unicef.

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