HA comenzado el año con uno de esos asuntos recurrentes de los que llevamos hablando ya más de una década: la alta velocidad ferroviaria hasta Cádiz. Y ha sido porque una vez más hay que hablar de plazos, de fechas y, por supuesto, de las correspondientes disputas políticas al respecto. El hecho de que se haya licitado ahora la obra que permitirá instalar el sistema de seguridad y comunicaciones de la línea entre Sevilla y Cádiz ha hecho saltar de nuevo todas las alarmas porque la obra tiene un plazo de ejecución de 34 meses y eso se lleva el proyecto hasta bien entrado el 2013 y eso si los trabajos empiezan el próximo verano como pronto. Este anuncio no ha hecho sino levantar más dudas acerca de un proyecto fundamental para la provincia y supone un jarro de agua fría que en el año 2012, cuando el Bicentenario acaparará todas las miradas, Cádiz siga sin línea de alta velocidad, como se había prometido insistentemente desde el Gobierno. Todo indica que estamos ante un nuevo frente político en el que no faltarán quienes criticarán los vaivenes de fechas en torno al AVE, como ya ha hecho el PP, y quienes restarán importancia a esta circunstancia e, incluso, quienes aseguran, como el diputado Salvador de la Encina, que se mantiene el compromiso de 2012. Unos y otros deberían trabajar por acelerar los plazos de una obra que hace años que tendría que haber estado lista, al igual que la duplicación de la A-4 entre ambas capitales andaluzas.