El Palillero

José Joaquín / león

Barbacoas ¿para qué?

AÚN estamos a tiempo. Este año se dan unas circunstancias ideales para cargarnos la gran fiesta de las barbacoas, orgullo del verano gaditano para unos y vergüenza para otros. La ciudadanía aparece dividida ante una cuestión de tanta envergadura, que justificaría en sí misma el derecho a decidir del gaditano y la gaditana. Siendo tan importante la playa en Cádiz, pues no se conoce otra distracción mejor en verano, organizar una consulta soberana, donde el pueblo hable y se exprese, no parecería tan anticonstitucional. Pero este año la gran fiesta está en la picota. Ocurre que se organiza con motivo del Trofeo Carranza, y este año no creo que se dispute. Todavía no se sabe ni el día, ni la hora, ni los cuatro equipos, ni nada… Así que barbacoas ¿para qué?

A pesar de la crisis, se leen cosas raras en el Diario. El subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, presentó el pasado lunes la Operación Verano 2013 en las costas de la provincia, y dijo: "Estoy a favor de las barbacoas en la playa Victoria". Lo peor es que lo justificó "con la nueva Ley de Costas en la mano" (aunque el reglamento está pendiente). Como si fueran los Santos Evangelios o la laica Constitución, el subdelegado pone la mano sobre la Ley de Costas para jurar fidelidad eterna a las barbacoas. No se había visto otra cosa igual, desde que prohibieron quemar las pasarelas de madera, llevarse los sofás a la playa, no defecar en la orilla y otras medidas semejantes, que acongojaban a los visitantes.

Es verdad que por ahí, por las costas de La Coruña y Valencia, incluso por algunas playas barcelonesas, en la Noche de San Juan también arrasan, mientras que aquí no se queman Juanillos en la arena (al menos todavía). Pero, en fin, hasta el Ayuntamiento de Cádiz sí, no estaría npor incluirlas como Patrimonio de la Humanidad, una vez superado aquel calentón de llevarlas al Libro Guinness de los Récords. Ahora se afronta como un mal inevitable, asumido por no alterar el orden público, si bien no con entusiasmo, pues implica un gasto estúpido.

Pero mira tú por dónde en estas llegó Gaucci de Italia. Y aparte de que estuvo a punto de descender al Cádiz a Tercera en una sola temporada, y aparte de que se habrá creído que los administradores concursales no se orientan, ahora parece que está en el objetivo de cargarse el Trofeo. Y sin Trofeo no puede haber barbacoas, pues no valdría la excusa. El fin de la noche loca... Lo que no consiguieron los ecologistas, podría lograrlo Gaucci.

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