NI el guionista más retorcido hubiera mejorado la historia de terror que vive el Valencia en la actualidad. El club ché, en continuos sobresaltos desde que Soler llegó a la presidencia, acaba de elegir al encargado de prender la mecha definitiva para hacer arder a Mestalla dos meses y poco antes de las Fallas. Se llama Ever Banega, procede de Boca y acaba de firmar por el conjunto valenciano por cinco temporadas. Una vez conocido el traspaso del futbolista, alguien, y no precisamente un amigo, ha colgado en internet un vídeo retrospectivo en el que a través de una webcam el centrocampista argentino desnuda su alma y todo lo demás y rinde culto a la comparsa 'Los pajeros'. O sea, practica el onanismo sin cortarse un pelo.

Auténtica joya es el tal Banega, según cuentan desde la otra orilla del Atlántico. En una concentración con la selección sub'20 de Argentina participó en los destrozos de la habitación de un hotel y no precisamente contratado por una empresa de derribos. Con esta tarjeta de presentación aterriza en la ciudad del Turia (cuánta geografía aprende uno con el fútbol) este pelotero en plena tormenta del club y con posterioridad a la detención de otro jugador como Manuel Fernandes. De todo esto se deduce que el secretario técnico del Valencia no es otro que El Vaquilla.

Estos asuntos salen a la luz por la existencias de medios tecnológicos como el internet y todas sus castas. Muchos de los futbolistas de antaño, como ahora rodeados de mujeres aunque tuvieran toda la cara de un revuelto de espárragos trigueros y con dinero para malgastar, también fueron famosos por sus deslices 'serxuales' o escabrosas visitas a 'comisería', la mayoría de ellas sólo recogidas en las leyendas urbanas que cuentan padres a hijos. Mas yo recuerdo a jugadores del Valencia de antes y no me imagino a tipos serios como Carrete o Manzanedo delante de un ordenador con los ojos vueltos.