Banderas en las playas

Después de la batalla de coplas, no se habla de otra cosa: Cádiz ha mantenido las cuatro banderas azules

Banderas azules ondean al viento de levante, mientras las gaviotas alzan el vuelo y se enseñorean de las playas antes cautivas. Los ciudadanos no han expresado aún su voz, ni su voto, pero se intuye una nostalgia del pasado en el horizonte; mientras que en la arena, si te pones de cara al sol, te achicharras. O te pegas un pellejazo, porque han puesto un cordón sanitario que no se ve. En estos días, cualquier caricatura se considera una sorpresa, lo mismo aquella que esa. Y en las calles de la ciudad trimilenaria aparecen fantasmas, puertas que se cierran, luces que se apagan solas. La buena gente, después de la batalla de coplas, no habla de otra cosa: Cádiz ha mantenido triunfalmente las cuatro banderas azules de sus playas.

El cuarteto ha vuelto a conseguir el premio. Cortadura, La Victoria, Santa María del Mar, La Caleta… Todas lucirán sus banderas azules. En otros tiempos, la alcaldesa Teófila, acompañada de sus concejales de confianza (que eran entre 15 y 18) izaba la bandera azul, con la solemnidad que merecía. Las gaviotas recorrían la playa como si fuera su casa, y hasta se permitían confianzas, como arrebatar bocadillos de tortilla de patatas a los niños y zampárselos ellas. Los indignados decían que las gaviotas se habían crecido, con tantas banderas azules. Algunos ecologistas hablaban de banderas negras, y no porque fueran piratas, sino por incordiar y estropear los días más felices del verano en la mejor playa del sur de Europa.

La vida vuelve, como si fuera la pleamar que deposita suaves olas con mimo en la orilla. Lamiendo con besos salobres y espuma frágil a los chiringuitos, que diría el poeta. Esta provincia ha ganado 29 banderas azules y ha perdido una por el camino. Concretamente, se perdió la de Zahara de los Atunes, por culpa del río Cachón, que la ensució. Los atunes se han quedado sin el paraíso, o eso dicen los que entregan la bandera azul. Ya lo cantó Javier Ruibal: "En la costa del edén/ hay un nido de tunantes,/ y, por chulos, que les den/ por donde salta el levante". Ahí se la han dado bien.

A todas estas playas con bandera azul llegan, de vez en cuando, pateras a punto de naufragar. Vivimos en una provincia de contrastes. Hay atunes rojos y betunes en el paraíso. Conviven, a poca distancia, los banqueros de Sotogrande, los chiringuitos de la zeja y los desgraciados que se ahogan. Pero esos contrastes no impiden que sea un día de fiesta en los cinco puertos deportivos que la lucirán: Sotogrande, Alcaidesa Marina, Sancti Petri, Rota y Chipiona. Todas las banderas caben en nuestras costas.

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