Por si acaso

pablo / gutiérrez-alviz

La BBC

LOS ateos más radicales no se conforman con negar la existencia de Dios, sino que hacen proselitismo y, de paso, persiguen símbolos religiosos de confesiones tolerantes. En ocasiones, con pueril actitud terminan emulando, principalmente, los cultos o ritos de la Iglesia Católica. Los matrimonios civiles están reconocidos por la Constitución y tienen definida su identidad propia. Lo sorprendente es que un ayuntamiento "progresista" aprobara la semana pasada la celebración de primeras comuniones civiles, con sus preceptivas tasas, con la justificación de que festeja el tránsito del infante a la adolescencia. Ni el más precoz de los niños con 8 ó 9 años puede ser púber. Otros municipios ya se habían adelantado con bautizos civiles. Ignoro qué líquido utilizarán para el remojón bautismal y qué hostia (con perdón) darán al preadolescente. Si una televisión retransmitiera estos eventos solo puede ser la BBC: Boda, Bautizo y Comunión.

El problema es que faltan cuatro sacramentos o mejor dicho, "laicamentos": la confesión, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de los enfermos. El último parece incluido, con demora, en el acto del enterramiento en el cementerio municipal. Imagino que los restantes "laicamentos" serán profesados por los caprichosos hijos de familias de la izquierda más radical. Y el niño haría la confesión, asamblearia por supuesto, con el siguiente rito:

-Me confieso ateo ahora y para toda mi adolescencia. Renuncio a toda alienación religiosa.

En la confirmación, el ya adolescente, ratificaría ante todos la anterior promesa pidiendo un puesto en lista de las municipales del partido correspondiente para cuando fuera mayor de edad. Y como segunda confesión pública proclamaría:

-Me comprometo a perseverar en el ateísmo y sacrificarme por una sociedad libre, laica, progresista y sin símbolos religiosos.

El "laicamento" de la ordenación sacerdotal tendría lugar al tomar posesión del cargo de edil y prometer, por imperativo legal, la nueva Constitución de las naciones y pueblos del Estado Español.

Un moderno ayuntamiento progresista deberá anunciar estos nuevos servicios. Y sonará como la publicidad de un salón de celebraciones popular: se dan bodas, bautizos, comuniones y todo tipo de eventos.

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