RÍOS de tinta se han gastado durante décadas para denunciar la colocación de familiares de dirigentes gubernamentales .

Los artículos dedicados al cuñado y sobrinos de Felipe González no fueron nada comparados con los que recogieron, después, la larga lista de familiares de dirigentes del PP cuando Aznar, primero, y Rajoy, después, llegaron al gobierno. Zapatero colocó a su mujer en un coro oficial, la mujer de González ocupó lugar de privilegio en una lista al Congreso de los Diputados y después en la del Parlamento Europeo, y Ana Botella alcanzó lo alto de la lista municipal de Madrid junto a Alberto Ruiz-Gallardón. Poco se mencionó sin embargo que el hermano de Aznar renunció al cargo de adjunto a Defensor del Pueblo, aunque lo ocupaba antes de que Aznar fuera presidente, como renunció la sobrina de Luis de Guindos a la dirección general de la Competencia aunque acumulara títulos y experiencia.

Podemos y afines han denunciado hasta la saciedad la proliferación de colocaciones de familiares, sin atender a que en muchos casos se trataba de personas con méritos suficientes. Sin embargo, una vez en el poder, esos que tanto denunciaban, se han apresurado al nepotismo puro y duro. Y en la mayoría de los casos sin que los alcanzados por la varita mágica contaran con la experiencia necesaria.

Ser pareja de un dirigente de Podemos abre puertas importantes. Ada Colau ha nombrado a su marido para un cargo de interesante salario, la andaluza Teresa Rodríguez colocó candidato a la alcaldía de Cádiz a su novio, hoy alcalde. Hace días, cuando se le acusaba de designar más asesores que su antecesora, respondió abiertamente que los necesitaba para cubrir su falta de experiencia. La pareja (o ex) de Pablo Iglesias será diputada en el congreso gracias a que su relación con el líder , y la pareja (o ex) de Errejón es hoy la portavoz del ayuntamiento madrileño sin más bagaje que haber asaltado la capilla de la Complutense a pecho descubierto. No contenta con ese cargo, Rita Maestre ha logrado que su padre sea nombrado subdirector de la Agencia Tributaria Madrileña, aunque no es el único pariente del equipo de Carmena colocado: su sobrino político ocupa dos altos cargos. Pero ella justifica ese hecho con que su sobrino vale su peso en oro. ¿Es que entre los familiares de dirigentes de otros partidos no había también algunos sobradamente preparados?

Según quién coloque a quién se hace la vista gorda. Digámoslo alto: los de Podemos no son consecuentes con lo que defendían. Copian los males del PP y el PSOE y nada de su sentido de estado.