EL ALAMBIQUE

Luis Suárez / Ávila

¿A que no?

MI amigo Ramón Colón de Carvajal (q.e.p.d.), portuense de adopción, decía que los portuenses no valíamos un duro porque no apoyábamos lo nuestro. A seguida se hizo socio del Racing y hermano de los Milagros. Siempre andaba enrabietado con eso de que no mirábamos por nuestras cosas. Pues es la pura verdad. No he visto a gente más apática, abandonada, abúlica, y desidiosa que los portuenses. Por ejemplo, Leocadia acaba de decir que se ha hecho inventario de lo que pertenece al Ayuntamiento. Pues yo me pongo con usted un euro, para que usted no pierda mucho, que es a que no. ¿Pues a que no figuran en el inventario las seis monturas del XVIII de picar que deben estar en la Plaza de Toros? ¿Pues a que no figura una consola de caoba que debe estar en la Alcaldía? ¿Pues a que no están las lápidas que se guardaron en un almacén provenientes del palacio del Marqués del Castillo de San Felipe? Y así para no terminar.

Somos apáticos, dejados y pasotas. Digo esto porque acabo de recibir el número 43 de una excelentísima revista. Mantener una revista de su categoría cuarenta y tres números es una heroicidad y, más si la publicación se llama "Revista de Historia de El Puerto". Su editora, el Aula Menesteo. Con una constancia digna de mejores destinatarios, un grupo de historiadores y Profesores universitarios, dan lo mejor de sus trabajos sobre El Puerto, semestre a semestre. Mantener el rigor científico de los artículos es empresa comparable con los doce trabajos de Hércules; tener el predicamento y prestigio que tiene en el mundo académico, es cuestión de tesón y vergüenza torera, porque brilla entre las publicaciones de historias locales. Digo todo esto, porque la revista necesita suscriptores para mantenerse, y he recibido una circular del Consejo de Redacción que me invita a divulgarla y a hacer suscriptores. ¡Tamaña tarea! ¡En buen sitio han puesto la era! Pero, como me lo apuntan, lo digo: por una módica cantidad anual puede ser privilegiado lector de esta ejemplar revista, escribiendo al apartado de correos 1006, o conectándose a www.revistadehistoriade-elpuerto.org. Pues, a que con lo fácil que se lo pongo, no es usted capaz de hacerlo. ¡Por favor, déjeme por embustero!

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