Con el 28-F pasa como con las celebraciones particulares de aniversarios, que la familia y los amigos cantan cumpleaños feliz con independencia de la salud, la economía o el estado de ánimo del festejado. Ese guion ha exigido a los presidentes de la Junta, cada cual en su estilo, pregonar en el acto institucional del 28 de febrero las mejores virtudes de la tierra. Este año el presidente Moreno ha lanzado la idea de un nuevo andalucismo por encima de los partidos. Y ha cantado a una Andalucía de éxitos, de récords, de potentes desafíos en el horizonte. Y, en pleno entusiasmo, ha considerado que Andalucía puede medirse con Baviera.

La alusión trae a la memoria a Manuel Chaves que en 2001, para darle fuste a la Segunda modernización, dijo que el objetivo era que en 2020 -o sea, ahora- Andalucía estuviese entre las 20 regiones más desarrolladas de Europa. Y lo que está es encuadrada entre las más pobres para los próximos siete años. Susana Díaz también nos explicaba cifras espectaculares de creación de empleo, exportaciones o crecimiento industrial. Y Moreno repite el mismo mensaje, ajenos ambos a una constante histórica: cada vez que España crece, Andalucía prospera más que la media y cuando España entra en crisis, Andalucía retrocede más que el promedio nacional.

Los presidentes siempre ven la botella medio llena. Y a lo mejor es su obligación, pero con frecuencia exageran. En su última actuación en un 28-F, Susana Díaz dijo muy ufana que Andalucía ya había cambiado su modelo productivo porque ya exportaba más aviones que aceite de oliva. Un error evidente: dos años después Airbus pone en jaque el empleo y su producción en la región y los agricultores de la primera potencia mundial olivarera protestan porque se vende a pérdidas su aceite.

Otra cosa en la que coinciden Moreno y Díaz es que reclaman igualdad entre los españoles con la vista puesta en Cataluña, pero sin mirar al País Vasco o Navarra, sobre cuyos privilegios fiscales PP y PSOE no dicen ni mu. Los presidentes corean su afán por no ser ni más ni menos que otros, expresión que fue utilizada por Antonio Burgos para aludir a un cuadro tenebrista de Valdés Leal, El fin de las glorias mundanas, en el que el pintor barroco hace un equilibrio entre virtudes y pecados.

Como en los aniversarios familiares, el 28-F se mide la posible duración de la felicidad en el poder. Cuando faltan dos años y nueve meses para las próximas elecciones, el actual presidente ha tenido encuestas favorables. PP y Vox suben mientras Ciudadanos se reduce a la mitad. PSOE y Adelante se mantienen. La única inquietud para Moreno es que su socio radical crece mientras se encoge el moderado. De momento la derecha gobernante puede soñar con enarbolar la nueva bandera andalucista otra legislatura. Ya veremos si dentro de un par de años se ha consumado la absorción de Cs y mengua el auge de Vox. Entretanto a Moreno le funciona el "ni más, ni menos".

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