Esta sección se llama 'La azotea' pero desde hace tiempo es la única que piso. En las casas de vecinos antiguas la azotea era un punto de encuentro, eran las terrazas de los pobres donde se tomaba el fresco en las tórridas noches de verano, o donde se acudía a recibir los primero rayos de sol de la primavera. Era también un lugar para hacer guateques, para los primeros escarceos amorosos y con el alcohol. Hoy muchos lo utilizan como el lugar de escape clandestino donde muchos encuentran el aire libre que les falta entre las cuatro paredes de un piso. Está prohibido subir, salvo para tender y de uno en uno. Ahora vuelve a ser un espacio para el recreo, para echar una cerveza de estraperlo y lejos de la mirada de los que tratan de que todos nos quedemos en nuestras casas para evitar el avance del coronavirus. Seguramente, cuando esto acabe, volverán a quedar vacías.

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