Cada lunes

Pedro / Payán / Sotomayor

El Aula de Mayores

NUNCA es tarde... El conocido refrán se lo han aplicado muy bien los alumnos del Aula de Mayores de la Universidad de Cádiz. Todos ellos tienen más de cincuenta y cinco años, pero esto que sería un condicionante no les impide tener entusiasmo por aprender cosas nuevas, por estar al día en muchas cuestiones. Es un sector de alumnos que siguen con mucha atención las clases que les ofrecen un buen grupo de profesores preocupados por conectar con ellos, sin perder el rigor exigido a cada una de las asignaturas programadas para cada curso de los cinco que integran los dos ciclos: el elemental desde primero a tercero incluido, y el superior, cuarto y quinto. Tienen mucho mérito estos alumnos del Aula de Mayores que fuera de la edad vamos a llamar normal de los que cursan enseñanzas regladas se inscriben en ese otro tipo de enseñanza con el mejor ánimo y muy contentos de haber progresado en el conocimiento de muchas materias culturales y otras que les tocan muy de cerca por su propia situación social. La satisfacción les rebosa hasta el extremo de que muchos de ellos les gustaría seguir después de su graduación.

Precisamente el pasado miércoles día 11 tuvo lugar en el magnífico marco del Auditorio del Palacio de Congresos de nuestra ciudad el solemne acto de graduación de la promoción 2003-2008 del aula presidido por las primeras autoridades académicas. El ambiente respiraba alegría. La alegría de ver coronada una etapa de estudios de estos veteranos alumnos. Por una parte, recibieron su títulos los que culminaban el quintos curso, el superior, es decir, que finalizaban los estudios programados. Para mí, particularmente, fue muy emotivo al entregar el correspondiente título a mi mujer, vistiendo el reglamentario traje académico. Por otra parte se les impuso la beca y se les entregó un diploma a los integrantes de los cursos del nivel elemental. Un coro formado por voces de chicos y un grupo de saxofonistas pusieron un agradable rúbrica musical al entrañable acto. Las caras de satisfacción de los asistentes reflejaban claramente la importancia de la graduación de la que habían sido auténticos protagonistas.

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