Con la venia

fERNANDO / SANTIAGO

Apatrullando la ciudad

LOS grandes momentos siempre precisan de grandes hombres y en esta situación de tribulación en Cádiz hemos encontrado a quien va a resolver nuestra incertidumbre: De Torre, el brazo tonto de la ley. Como cantó el Fletilla, creo que en 'Los concertistas desconcertados': "Con el violín , con el violón, a ver si entra uno con dos cojones y lo arregla tó".

Pues en Cádiz ya tenemos al hombre, al Gobernator, la persona precisa para la circunstancia compleja. Nunca nos defraudará. Si hay problemas con la droga él llegará rápido, descubrirá el alijo y lo pondrá a buen recaudo, por tierra mar y aire, a través de monitores o con el palo de una fregona. Siempre dispuesto, sacrificado por el bien común.

Si algún dignatario extranjero viene a la provincia, De Torre y su Equipo A lo custodiarán lo que haga falta para librarlo de los malandrines que quieran causarle algún mal. Si un dirigente político no puede andar por la calle, las huestes de Don Javier sabrán darle custodia en todo momento y lugar.

Mientras dormimos, nuestro impar dirigente vigila por nosotros. Una lucecita está siempre encendida en la Subdelegación para velar por todos, lo que ocurre es que somos unos desagradecidos que no valoramos el esfuerzo que hacen por nuestro interés.

A veces es un incomprendido, le pedimos que garantice la circulación por el Puente Carranza y eso no es posible en las actuales circunstancias. Si a veces prohíbe manifestaciones o multa a manifestantes lo hace por nuestro bien en el cumplimiento de la ley muy a su pesar. Si convoca a las televisiones cada vez que va a algún lado es un ejercicio de transparencia en la gestión, obligación de todo gobernante democrático.

Solo los mal intencionados pueden compararle con Rodríguez de Valcárcel, Antolín de Santiago o Luis Nozal, tuviera que ver. Ni siquiera con el singular Salvi Domínguez y su famosa patrulla de abastecimiento nocturno. Javier De Torre es un probo servidor público dispuesto a arreglar la carga de trabajo en los astilleros, la agilización de las obras del puente y el conflicto con Gibraltar. De aquí a nada aparecerán los 300 kilos de coca desaparecidos y no convocará a la prensa.

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