El aparcamiento es la obsesión de los nuevos tiempos. Los usuarios, los comerciantes, los hosteleros, los políticos... todos reclaman plazas de estacionamiento como si fuese la solución a los problemas de tráfico en esta casi isla cada vez más constreñida. Si esos esfuerzos se dedicasen a promocionar el transporte público, Cádiz sería una ciudad más amable. Otra cuestión será concienciar a los propietarios de muchos vehículos de que aquí las distancias son cortas y no merece la pena llevarse un doble disgusto: dar vueltas y vueltas buscando un sitio y acabar pagando un buen dinero en un parking. Hay todavía quienes cogen el coche para ir a comprar el 'Marca'. El taxi es visto como un artículo de lujo y el autobús, una incomodidad. El carril-bici, como que no. ¿Andando?, ¿estamos locos? Así estamos mientras seguimos buscando impulsivamente terrenos para aparcar.

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