Enternece ver un despliegue de amor por los animales como el que hemos contemplado el mismo día a Pablo Iglesias y Albert Rivera. No es espontáneo, es marketing. Resulta que un partido modesto, que no está en los debates, tiene una expectativa de casi medio millón de votos. El PACMA sacará más apoyos que el PNV, pero no tendrá grupo parlamentario ni jugará un papel decisivo en la formación de gobierno. Su nombre es redundante, Partido Animalista Contra el Maltrato Animal y marca tendencia. Sus votantes tienen una media de 33 años, un 70% son mujeres, el CIS los sitúa en 3,7 en una escala del 1 al 10 entre las extremas izquierda y derecha, y para los comicios del domingo le daba entre dos escaños y ninguno. La ley electoral castiga a los partidos con el voto repartido y los penaliza al no permitir que se aprovechen los restos. Y ahí van a pescar los competidores de la nueva política, con su repentino animalismo de ocasión: Podemos y Ciudadanos proponen aumentar las penas por maltrato animal, como un mensaje subliminal al voto útil.

Los de PACMA estuvieron a punto de entrar en la galaxia de Podemos, pero no se pusieron de acuerdo sobre la prohibición total de espectáculos taurinos, en particular los correbous tan tradicionales en Valencia y Cataluña. Ahora se alegran, porque han visto cómo se ha difuminado la imagen de Equo como confluencia del conglomerado dirigido por Pablo Iglesias. De hecho, PACMA no sólo quiere prohibir toda la tauromaquia nacional, sino también la caza, la compra venta de animales de compañía y la experimentación científica con ellos.

La protección de los animales y en general de la naturaleza está de moda. Y todo el mundo aprovecha. El presidente Juanma Moreno puso ayer un vídeo en twitter para alertar sobre el cambio climático, con ayuda de un paisano de Las Alpujarras, asunto que hace 12 años negaba con énfasis su exjefe Rajoy, utilizando como fuente de autoridad a un primo suyo, catedrático en Sevilla. También ayer el presidente Pedro Sánchez puso otro vídeo, de título España es gigante, con un texto que habla de bosques que sirven de pulmones y de cuidar del planeta.

Eso también es tendencia. Los partidos ecologistas ocupan puestos destacados en los sondeos de las elecciones europeas. Los Verdes alemanes disputan la segunda plaza a los socialdemócratas, y los franceses son la cuarta opción, detrás de macronianos, lepenianos y gaullistas, delante de la Francia Insumisa (equivalente a Podemos) y los socialistas. En Austria las dos opciones ecolo ocupan el quinto y séptimo lugar, en Lituania están en el terceto de cabeza, y en las elecciones celebradas en Finlandia hace una semana la Liga Verde ha quedado quinta, con el mayor incremento de todo el espectro político. Se habla mucho del crecimiento de las opciones ultranacionalistas en Europa, pero menos de un fenómeno también intenso, el auge del ecologismo. Y ahí también hay efecto contagio.

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