Yo te digo mi verdad

Andalucía de derechas

¿Hemos pasado de ser la hermana pobre de la familia europea a convertitrnos en una especie de Baviera con más calor?

Creo que lo más llamativo que ha pasado en este corto periodo que los del PP y Ciudadanos llaman el gobierno del cambio en Andalucía es que pocas cosas parecen haber cambiado. Dicho esto en el trazo general y sin entrar en detalles más pequeños. Hay un suave, progresivo y parece que imparable deslizamiento de departamentos como la Sanidad hacia el sector privado, que empobrece los servicios públicos, pero esto se había iniciado ya con los acomodados gobiernos socialistas anteriores. Tampoco es que la gestión del PSOE fuera revolucionariamente izquierdista.

No podemos saber lo que ocurrirá este domingo en la soleada jornada electoral, pero las encuestas dibujan un insospechado cambio histórico, y el 19 J dirá si inesperada y rápidamente Andalucía se ha vuelto de derechas. O a lo mejor es que definitivamente los andaluces ya no tienen claro ni les interesa esa división ideológica que empezó a designarse durante la Revolución francesa por un hecho absolutamente azaroso: los partidarios del Rey se sentaron a la derecha del presidente de la Asamblea, y sus contrarios a la izquierda.

¿Qué significaría, en todo caso, que los andaluces sean ahora mayoritariamente de derechas, y por qué? Esa es la pregunta que no logro contestar. Si atendemos a la tradición, el lado diestro estaría engordado fundamentalmente por los poderosos y sus dependientes, ya que esa tendencia define habitualmente la conservación y preservación de sus intereses, económicos y culturales; y la siniestra (que vaya sinónimo) se dedicaría a la defensa de los más débiles y menesterosos, es decir la mayoría social.

¿Quiere decir esto que la mayoría ha cambiado y ahora hay más 'ricos' o gente que se siente como tal, es decir con más posesiones materiales en peligro? ¿Qué ha ocurrido para que los que hasta no hace mucho eran considerados 'señoritos' a caballo con caireles de plata fina hayan pasado a ser vistos como tribunos de la plebe? ¿Y por qué huyen entre el descrédito los moderados modernizadores de lo público y los líderes jornaleros a los que ya no socorre ni esa imagen romántica de bandolero que roba a los ricos y da a los pobres? ¿Hemos pasado de ser la hermana pobre de la familia europea a convertirnos en una especie de Baviera con más calor?

No lo sé pero ya solo falta que Sánchez-Gordillo pierda la alcaldía de Marinaleda para que dejemos de pellizcarnos y aceptemos que esto es real.

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