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Cuarto de Muestras

Alquiler

En este punto no veo al feminismoclamar en contra

No me gustan los vientres de alquiler. Son una suerte de prostitución sin relaciones sexuales de por medio. Me gustaría saber qué mujer, pudiéndoselo permitir, con una situación económica estable y una pareja de verdad se prestaría a alquilar su vientre. Si lo que le mueve es la necesidad, el alquiler es un abuso. En este punto no veo al feminismo clamar en contra como lo hace a favor del aborto, por ejemplo.

Sabemos que en muchos países está permitida y regulada esta práctica pero también está regulada la pena de muerte y a mí no me gusta ni la acepto. Se defiende su autorización bajo la premisa de que actualmente sólo los ricos pueden irse al extranjero y conseguir lo que aquí la ley no les permite. Ese argumento nos llevaría a autorizar cualquier cosa que el dinero pueda comprar y sabemos que el dinero lo compra casi todo. Si detrás de los vientres de alquiler no estuvieran muchas parejas homosexuales, quizás habría menos cobardía a la hora de criticar su práctica. Quién critica la maternidad subrogada, menudo eufemismo, termina siendo criticado por marginar veladamente la paternidad o maternidad homosexual. En el fondo se está volviendo a algo que creíamos superado, la distinción entre hijos biológicos y adoptados. Los adoptados parecen bajo ese punto de vista menos hijos que los biológicos bajo el argumento de que cualquiera tiene derecho, pueda o no, a tener un hijo de su misma sangre.

Sé que muchos no estarán en esto de acuerdo conmigo y que les parecerá retrógrado, y sé que posiblemente voy contra los tiempos y que dentro de nada se podrá escoger cuándo se tiene un niño, con quién y de qué características físicas e incluso genéticas. Un niño se convertirá en un capricho, en un artículo de consumo más que podrá ser comprado a la carta. Muy poca cosa en verdad porque toda vida es un gran misterio.

Sé lo que es querer tener un hijo y no tenerlo. Sé lo que es anticiparse en el pensamiento a su posible dolor, sé lo que es renunciar a la posibilidad de que un hijo te haga mejor persona y que los demás te pregunten que por qué no y sé lo que es elaborar una respuesta que no todos entienden: porque no se puede tener todo en la vida.

La gran asignatura pendiente de España es permitir que cualquier pareja pueda criar a sus hijos sin relegar su proyecto de vida por motivos económicos, no convertir el tener un hijo en un capricho a precio de mercado.

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