Ha informado el Ayuntamiento de Cádiz de un proceso participativo para designar el mejor lugar en el que instalar el 'botellódromo' de la ciudad. Y sorprende que ninguna de las numerosas entidades y colectivos consultados para decidir sobre esta cuestión haya sugerido siquiera la posibilidad de eliminar ese recinto. Que nadie se haya planteado que si el consumo de alcohol en la vía pública está prohibido, si ese consumo está totalmente vetado para los menores, es normal que las autoridades locales y nacionales delimiten un lugar en el que no se controla precisamente la edad de los que acuden a beber y en el que en definitiva, se alienta el consumo sin control de bebidas de alta graduación. Más sorprendente es que de esta manera se dé por sentado, como un derecho humano más de la juventud, el de ingerir alcohol en abundancia como parte de su ocio habitual. Sentirme solo en esta sopresa me sorprende aún más.

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