LA ESQUINA DEL GORDO

Paco / Carrillo / Pacocarrillo.wordpress.com

Alcaldes caros y baratos

PESE a lo que haya acordado la FAMP (Federación Andaluza de Municipios y Provincias) sobre las remuneraciones de los alcaldes a partir de las próximas municipales, nadie podrá negar que los topes marcados para moderar los disparates, no dejan de ser ejercicios de buenas voluntades. Pese a los recortes seguirá habiendo alcaldes caros y alcaldes baratos mientras existan las impunidades y mientras no se erradique la mentalidad funcionarial que tienen, en general, los ediles.

Todos conocemos personajes de este género que como virtud singular esgrimen la puntualidad a la hora de entrar a trabajar y que no tienen horas estipuladas: 'las que sean necesarias', presumen. Posiblemente ése sea el único argumento que posean para animarse a representar al pueblo que no los eligen y al que tantas veces desprecian con sus actitudes arrogantes. Ni sus preparaciones ni sus contratos eventuales debieran despertar tantas arrogancias.

Con estos mimbres y estas actitudes no es extraño llegar a la conclusión de que, de hecho, existen alcaldes caros, carísimos, y baratos, baratísimos. Y que seguirá habiéndolos si no se corrige la estrategia. Dicho de otra forma: si pudieran retribuirse en función de los objetivos cumplidos. Ya sé que con la Ley Electoral que se maneja esto es imposible. Y ahí está la madre del cordero. Mientras las listas cerradas las confeccionen los Partidos; mientras que el votante no tenga capacidad para elegir con libertad; mientras todo el sistema se alimente de clientelismo pagado con dinero público o de aspirantes a conseguir el hueco como sea, ¿de qué vale que tasen a la baja los salarios de los responsables que, a unas malas, siempre estarán por encima de cualquiera de los que los costean, gabelas y gastos aparte?

Llegar a la conclusión de que navegamos entre mentiras y medias verdades es duro y agotador. Nada es lo que aparenta. Empezando por los mercados financieros hasta el coste real de unas obras municipales. Cuando Marbella, con su "Malaya", por fin ha abierto sus puertas, la primera pregunta que se hace el ciudadano de a pie es: ¿Sólo Marbella? ¿No hay municipios en los que escarbando sólo un poco no se llegaría a descubrir las mismas tácticas de gobierno? ¿Sólo los pájaros que allí se juzgan han afanado dinero de las arcas municipales? Dando por seguro que por muchos culpables que condenen, del dinero robado no aparecerá ni un euro, ¡qué más dará que estén unos años en la cárcel si cuando salgan lo harán ricos! En paz con la Justicia, sí, pero ricos a costa del pueblo y del sistema que propició tales desmanes. ¡Y todavía hay quienes pretenden más autonomías para los municipios!

Si "Malaya" sirviera para algo… Por ejemplo para llevar al ánimo del contribuyente que la Justicia busca la honradez por encima de las triquiñuelas legales, no se podrá dejar de pensar que la clase política, en general, desde el momento que admite un simple jamón por navidades, ya está en la lista de los corruptibles; no digamos nada cuando crecen los patrimonios familiares. ¿Qué pasa, que la Justicia es tonta y no entra ahí? ¡Pues apague y que sigan las fiestas de las impunidades! Total, por un jamón… ¡Qué barato es ese Alcalde! Los caros son los que, encima, no hacen nada.

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