DESDE que el mundo es mundo el Madrid se ha asustado en Múnich. Por decirlo finamente. Algunos de los recuerdos más desafortunados que tengo de los blancos han tenido lugar ante los bávaros. Así a bote pronto se me viene a la memoria aquella mano de Mino, el pisotón de Juanito a Matthäus, el tempranero gol de Makaay, que le hizo al Madrid el tanto más rápido en la historia de la Champions...Quizá por ello me tomé la exhibición blanca del martes como una venganza en toda regla. No sólo por el triunfo, sino por la forma en que se produjo, con autoridad, arrojo, actitud, intensidad y velocidad. Tras meses y meses de dudas, parece que Ancelotti al fin ha encontrado la fórmula que mejor le viene al plantillón de que dispone, ese 4-4-2 que muta a 4-3-3 cuando tiene la pelota. Puede que pierda la Liga -lo más probable- a manos del Atlético de Madrid por aquella semana horrible en que encadenó las derrotas ante Barça y Sevilla, pero si consigue apuntarse la Liga de Campeones el italiano alcanzará el sobresaliente en su primera temporada.

El Madrid tiene mucha pierna, decía Guardiola tras el escueto 1-0 del Bernabéu. Y es cierto. Pero la tiene no sólo para atacar, porque en la defensa ha demostrado que jugadores como Sergio Ramos, Pepe, Carvajal o incluso Coentrao han llegado al momento crucial de la temporada en el mejor momento. Por cierto, me da la sensación de que Del Bosque tiene claro que Carvajal puede ser ese 2 que tanto tiempo lleva esperando La Roja.

Ancelotti ha conseguido en un año lo que no logró en tres Mourinho, el técnico más sobrevalorado de la historia, cuya herencia en el Madrid fue la suplencia de Casillas y un mar de dudas, desde ese central al que incluso sentó en el banquillo y que el martes dio una exhibición, hasta Modric, un pedazo de futbolista que da sentido al juego blanco. Una pregunta: ¿Creen que le gustaría a Casillas levantar la Copa de Europa en las narices del portugués?