El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

Lo dijo en pasodoble, que siempre ha sido su mejor arma. Anunció que se iba con punteao, y con la comparsa tirá palante, con do coóne, como siempre le ha gustado, diciendo verdades. Antonio Martín anunció que se retira como autor del Carnaval.

Lo hizo de una manera efectista, dominando el escenario, una cuestión en la que siempre ha demostrado maestría. Cádiz quizás sea la ciudad del mundo, sin saberlo, a la que más coplas le han escrito sus propios habitantes. Jamás hubo en el mundo ciudad más querida por el cante y que recibiera más ramos de flores en rima consonante.

Antonio Martín es un artista, un artista que superó el Carnaval y la fiesta, igual que han hecho otros grandes como Paco Alba, Enrique Villegas, Antonio Martínez Ares o Jesús Bienvenido que han prestado su arte a grandes personalidades del mundo de la canción.

Antonio, creo recordar, llegó a componer canciones para Rocío Jurado y creo que fue también de los primeros en componer para la fiesta con piano. Me imagino que será uno de los autores que más premios tiene acumulados en el certamen pero quizás su mayor mérito haya sido el de trascender en el tiempo, algo al alcance de muy pocos. Martín ha sido capaz de competir e incluso ganar frente a tres generaciones de autores. Se codeó con Paco Alba, luego se abrió camino en una generación marcada por Pedro Romero o Joaquín Quiñones y ha luchado con éxito también ante la nueva hornada, personas además con una gran preparación intelectual como Antonio Martínez Ares, Juan Carlos Aragón o Jesús Bienvenido.

Ha ido cambiando de estilos. Llegó a tener una etapa barroca, que se caracterizó por los sombreros grandilocuentes de sus agrupaciones, pero en los últimos años regresó a un estilo más directo, más melodioso, en una demostración de sus posibilidades como autor.

Martín ha sabido incluso marcharse a tiempo. En los últimos años ha logrado premios y sigue teniendo una legión de aficionados. No ha esperado a que lo olviden, se ha ido antes, sin dejar ocasión para que esto ocurra.

De su obra me quedo con una comparsa sencilla que sacó en 1983. 'Agua Clara', se llamaba. No sé como no gasté la cinta de tanto escucharla y cantarla a grito limpio en mi habitación. Nunca he tenido la voz del Caracol, no he llegado a ser ni cabrilla, pero Agua Clara me la aprendí desde el primer hasta el último pasodoble.

Los artistas demuestran siempre que lo son. Antonio Martín se va respetado por todos y lo hace a lo grande, escribiendo su despedida como mejor lo ha hecho siempre con un pasodoble. A nosotros sólo corresponde darle en pie el gran aplauso que merece.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios