LÍNEA DE FONDO

Melchor / Mateo / Mmateo@diariodecadiz.com

Agravios comparativos

Si el Cádiz debe casi 300.000 euros en agua, cualquier ciudadano puede preguntarse por qué no se le corta

UN compañero de profesión decía el otro día con ironía que no era nadie en esta ciudad porque no estaba en la lista de acreedores del Cádiz Club de Fútbol. Había desde deudas ridículas por valor de 30 euros a las más cuantiosas de la Agencia Tributaria (vulgo Hacienda) por más de seis millones de euros.

Sin embargo en la lista de afectados aparecía Eléctrica de Cádiz, a la que se le debe casi 300.000 euros en agua. Cualquier gaditano ha de preguntarse si no se está produciendo un trato de favor hacia esta institución. Pongamos por ejemplo un contribuyente al que se le acumulan un par de recibos o tres de agua. Seguramente se le requerirá en varias ocasiones que abone la deuda y si no es así, se le cortará el suministro. Mientras que no pague, con los debidos recargos, no volverá a tener uno de los servicios esenciales. No es una situación que se juzgue, simplemente se da por hecho que eso es así. Entonces, si el Cádiz es una sociedad anónima deportiva, es decir, una empresa privada, ¿por qué puede acumular una deuda tan grande en una empresa que es pública? Mientras que nadie lo explique, está claro que se produce un agravio comparativo.

Con Eléctrica la deuda es menor, pero superior a lo que cualquier usuario pueda tener. Si se aplicara el mismo rasero, los equipos que vienen a jugar al Carranza se estarían duchando en la playa desde hace tiempo y los partidos se tendrían que disputar por la mañana para no tener que usar luz artificial.

Y a todo esto se le suma otros 600.000 euros de deuda hacia el propio Ayuntamiento de Cádiz, cuando encima el club amarillo recibe generosas subvenciones de las arcas municipales, sin contar la construcción del estadio. Uno siempre ha tenido la impresión de que los políticos creen que ayudar al Cádiz puede dar votos y nadie se atreve a dejar de lado al club no vaya ser que al final el coste político sea mayor que el económico. Y claro, al final pasa lo que pasa.

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