Acción y reacción

Se trata de los nuevos rostros de la mentira como entidad filosófica, pero Newton aún no ha dicho la última palabra

No hablamos de la tercera ley de Newton, ni mucho menos, sino de lo que está pasando, la castiza Ley de la Matraca. Es que la inmensa mayoría pagamos los impuestos, las multas, las tasas, todos los impuestos que nos pone el Estado al cobro, y además obedecemos las leyes de la Democracia, votamos con diligencia lo que creemos que es mejor para nosotros y para España, quizá por eso nos escandaliza que nos roben por aquí y por allá, estos y aquellos, y ahora… ¿La tercera Ley de Newton lo explica? Francamente, no. "Si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero de sentido contrario (reacción)", ¿recuerdan? Pues no, el Estado democrático sólo se opone a que la fuerza se incremente, o sea, los fuegos, las pedradas a la Policía y todo el espectáculo que vamos viendo estos días. Sin conseguirlo. Además, los discursos de los independentistas se incrementan y multiplican sin que Newton diga nada en español. ¿Se está activando la ley conocida del que aguanta más que un buzo debajo del agua hasta que dice se acabó y entonces la reacción se multiplica hasta límites impensables? Parece que no hablamos de dos fuerzas solamente, me temo. Manifestación por manifestación no es, parece claro. Y declaración por declaración, tampoco. Porque si unos piden lo que otros no les pueden dar, ¿entonces de qué sirve que se pida diálogo y derechos inexistentes?

Es curioso, llevo medio artículo hablando de lo que no he nombrado por su nombre pero ahora que lo pienso no sería justo hacerlo porque el nombre que sería no se corresponde con la totalidad del ser que se nombra. Por eso prefiero que me leas sabiendo lo que yo llevo dentro y seguro que también tú lo llevas, este espectáculo en directo, esta ficción real que alternativamente viene sucediendo en Atenas o París, en Londres o Barcelona. Se me dirá que todo lo que refiero es la reacción a una sentencia del más alto Tribunal de la Democracia. Los términos de la tercera Ley se establecen a priori por los incendiarios. ¿Confuso todo? Sin duda ninguna y de eso se trata, de los nuevos rostros de la Mentira como entidad filosófica. Es como la suma total de años del conjunto, que así dicho parece que lo es de todos y cada uno. O la lesión a un derecho que nadie reconoce ni está establecido. O los bastones de alcaldes enhiestos en esa escalera, como lanzas. En sus mentes está ejecutada la ruptura, le secesión y la rebelión. Pero Newton todavía no ha dicho la última palabra.

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