Hace 40 años, cuando se constituyó el primer ayuntamiento democrático tras la Dictadura, yo estaba allí. Perdón por la historia de Abuelo Cebolleta. En una mesa estrecha, a la izquierda de la silla del alcalde. Los periodistas acreditados eran Emilio López, Agustín Merello, Sánchez Anes, Paco del Río, Ángel Galán, Jesús del Río y servidor. UCD había sido la lista más votada, con 12 concejales, encabezada por Pedro Valdecantos, un prestigioso profesor de instituto que había sido delegado de Educación. Iban en la lista gente como Moncho Pérez (padre de Juanma Pérez Dorao), Carlos Rosado, Jesús Sáez, Garratón y otros. El PSOE había sacado 9 concejales, a cuyo frente iba un abogado de Mutualidades Laborales que colaboraba con UGT, hijo de un oficial franquista, que se había impuesto en la pugna interna del Partido Socialista. Le hicieron una campaña como un cowboy "Carlos Díaz a la alcaldía". Iban en esa lista Gregorio López, Josefina Junquera, Hipólito García, Manolo Castro, Serafín Gutiérrez y Luis Pizarro. El PSA sacó cuatro concejales, encabezado por el abogado de la USO Armando Ruiz con Pepe Sáez, Antonio Ramos Merlo e Inocencio de León Cantero. El PCE sacó dos, Manolo Gómez de la Torre y Pepe Mena, ya que el cura de la Pastora, Pepe Araújo, rechazó a última hora encabezar la lista. Aquel pleno empezó con la incertidumbre de si el PSA votaría al PSOE, cosa que se confirmó con gran pesar para los componentes de UCD que ya se veían en el gobierno. Terminó con el canto de La Internacional iniciado por Chico Coto y Jesús Bernabé. Se constituyó una comisión permanente (hoy Junta Local de Gobierno) con la obligada participación de todos los partidos. Empezaron los concejales a tomar conciencia del problemón que tenían encima, con un Ayuntamiento sin recursos y con pocos funcionarios, encima con una campaña promovida por un periodista contra lo que llamaba "el gobierno socialcomunista", lo que no impidió que Carlos Díaz sacara 18 concejales en la siguiente convocatoria. Jerez y Chiclana ha festejado estos 40 años de ayuntamientos democráticos, en Cádiz ha pasado desapercibido quizás por el adanismo de quienes gobiernan la ciudad que piensan que todo empieza con ellos o, incluso, que hay que destruir la labor de aquellos precursores. Dijo el otro día Carlos Díaz que José María González ha entendido que la política es el arte de lo posible, en el entendido de que se refería a que el actual alcalde ha pasado del activismo revolucionario al pragmatismo.