La visita

Con la rehabilitación del Ayuntamiento se ha realizado una verdadera proeza

Fui a ver las obras del Ayuntamiento con un grupo de mujeres integrantes de una asociación isleña. Nos recibió la alcaldesa, Patricia Cavada, y la delegada Claudia Márquez, arquitecta así mismo y enamorada del edificio, como me confesó. Al parecer lo viene haciendo con todos los grupos que dos o tres días en semana acuden a ver el trabajo que se hace en el histórico edificio civil isleño. Con la alcaldesa, el arquitecto director de las restauración, Francisco Márquez, y la directora de las obras, la doctora María Jesús Albarreal, también arquitecto. Lo primero que se puede ver, antes de entrar al edificio, en la pared del pórtico, es las "heridas" que la incuria de dos siglos ha causado al edificio. Casi todas se quedarán como las vi. Porque sobre el edificio primitivo, el de Torcuato Cayón, se han venido produciendo alteraciones de muchos tipos. Pero desprovisto de falsos techos y otras intervenciones espúreas, el visitante ve las bóvedas, los altos techos, los vanos, toda la arquitectura originaria. Las explicaciones siempre amables de Francisco Márquez, ilustran sobre la importancia y el valor de una obra extraordinaria.

La doctora Albarreal tuvo la bondad de mostrarme la totalidad de las obras y ahí vino mi asombro. Este grupo de arquitectos que coordina Francisco Márquez, que fue el arquitecto que hizo la restauración del Teatro de las Cortes, ha realizado una verdadera proeza al convertir el edifico histórico en un centro administrativo y político de última generación. Los funcionarios y técnicos municipales contarán, cuando se incorporen al palacio restaurado, con unas instalaciones dotadas de lo último en comunicaciones, salas dignas, despachos, zonas en definitiva que proyecta una ciudad del siglo XXI. Todo esto en coexistencia con el mantenimiento de las salas históricas, como el anterior Salón de Plenos, convertido en el salón noble de la ciudad, donde tendrán lugar las recepciones importantes, el lugar en donde la ciudad se proyectará hacia el exterior con la dignidad requerida.

Muy original, por novedoso, será la zona destinada a Salón de Plenos, con un hemiciclo y unas gradas para el público. Faltará sitio por la novedad que resulta asistir a los debates municipales en el nuevo escenario. El patio de la vieja cárcel municipal o la Biblioteca Lobo tendrán novedosos contenidos. Y el Archivo Histórico, por fin, tendrá la sala adecuada, así como los lugares anexos para investigadores. Hablo de un edifico histórico, insisto, sobre el que se ha hecho una intervención profunda, de adaptación a los patrones constructivos del siglo XXI respetando escrupulosamente el continente arquitectónico. La doctora Albarreal me mostró toda la zona técnica, tanto en la tercera planta como en los sótanos. Impresionante.

La alcaldesa sabe que ahora se pondrán en hilera y por orden la plaza del Rey, la finca de la Cruz Roja y la Casa Lazaga. Ojalá pueda iniciar las obras necesarias sobre estos vestigios de un pasado glorioso de la ciudad. Es lo que tiene, nunca se termina de hacer lo que se debe.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios