Porque así lo dicen o insinúan las crónicas y comentarios. Un verano de pena en esta Isla desatendida y ausente. Y así todo lo que he ido leyendo en este querido Diario, porque, como sabe mi lector habitual, no lo he podido ver debido a esa oscuridad y sombras que empañaron los cristales de este mi cierro. No obstante, creo y opino, que todo lo que ha dicho o afirmado mi amigo y admirado José Loaiza -nuestro futuro y de nuevo alcalde- es lógico y de pena. Un verano isleño con la playa casi sin arreglar o los pocos hoteles que tenemos sin llenar, y todo bajo cifras negativas y muy preocupantes. Más con previsiones para septiembre que no mejorarán, según la patronal del sector hotelero (Horeca), señalando que La Isla caerá en 10 puntos respecto al año pasado. Por eso, los populares reclaman acertadamente que el próximo día 24 quede programado y promocionado como es lógico una conmemoración tan importante no solamente para los isleños sino al resto de España.
Y más que un verano malo: diez años sin ese fantasma llamado tranvía. Una Federación de Vecinos tan bien llevada y dirigida por mi respetado amigo Antonio Romero que critica esta interminable situación. Diez años a la espera de un mamarracho que a isleños y a chiclaneros nos ha ido asediando desde hace tanto tiempo. Diciéndonos verdades como la necesidad de que una vez se ponga en servicio este fantasma llegue hasta Cádiz, y no se quede en un trayecto entre Chiclana y Río Arillo, para lo que se necesita la finalización de la conexión con la vía férrea que sigue paralizada.
Además, ante todo este triste panorama, y para colmo, habría que añadir otra fatalidad: la reciente manifestación de los maltratados trabajadores de Navantia. Una faena más de ese obtuso y zapateril presidente Sánchez, que, con su ministra de Defensa, se van a cargar tantos puestos de trabajo. Así el editorial de este Diario el pasado sábado nos decía: "La ministra debe tener como prioridad que no se pierda el contrato de las corbetas por su metedura de pata".
En fin, mi apreciado lector, una Isla en un país cuya confundida cultura se basa sólo en flamencos, raperos y cocineros; y, como siempre pienso y digo, qué raro que ese presidente de chiripas no haya nombrado a ministra de Cultura a una cocinera.
Verano malo y mucho más. Esperemos que haya sido el último.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios