Sí, se nos van físicamente, pero permanecen entre nosotros para siempre los hombres de bien como nuestro querido Pepín Rodríguez Romero. Una gran persona nos ha dejado y, aunque ya no se encuentre entre nosotros, guardaré en mi corazón sus altruistas actitudes hacia los demás.

Ya es indicativo que te llamásemos Pepín, entrañable, cercano, cariñoso, afectivo, educadísimo y cordial, además de otros muchos más calificativos que se te pudieran adjudicar por derecho propio.

Sé que te encuentras en el lugar que siempre has añorado y te mereces como hombre de bien y de fe, pues las personas como tú no pueden estar en otro sitio más que con el Señor y en nuestros corazones.

Pepín, hemos trabajado juntos en muchísimas ocasiones con el único fin de servir a nuestros ciudadanos desde la atalaya del poder terrestre que la sociedad nos ha otorgado a través de las urnas, dándonos su confianza por nuestras maneras de actuar respecto a las necesidades de la sociedad, tanto con nuestros aciertos como con nuestros errores, los tuyos, muchos más aciertos que errores.

Nuestro pueblo adoptivo, San Fernando, pluralizo por ser ambos oriundos de las "Galias", ha perdido a un gran hombre -Pepín- y va a ser muy difícil que se te pueda sustituir. Tus valores humanos fueron muy importantes en este tiempo que nos ha tocado vivir y en el que tú has dejado una impronta difícil de sustituir.

Sé que te has marchado tranquilo, pues cumpliste con tu misión de atender a la sociedad además de a tu familia. Personalmente te agradezco la amistad que me brindaste durante muchos años y que la tendré presente hasta que nos volvamos a ver.

Hasta luego, Pepín. Hasta el día que nos encontremos de nuevo te tendré presente.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios