Hay un zumbido permanente sobre cómo la subida de precios al consumo va a obligar a los bancos centrales a dejar atrás su política de tipos de interés bajos. Esto no va a ocurrir por dos motivos: uno, está por ver si los precios al consumo suben de forma general y continua; y otro, los bancos centrales no van a elevar tipos, aunque lo hagan los precios.

Se da una recuperación general del consumo, algún embotellamiento en la producción, y una nueva economía verde y digital provoca escasez de materias primas. Es de esperar que cuando se asiente el polvo se normalicen los precios de algunos productos y servicios, pero no todos porque, por ejemplo, un coche eléctrico lleva tres veces más semiconductores y cinco veces más cobre que uno convencional, y lo mismo pasa con lavadoras o tostadoras digitales y ecológicas, por lo que es normal que falten semiconductores y cobre, y su precio suba. La demanda de madera producida para construir, o pulpa para envases, viene de una orientación verde de la economía, y aunque habrá inversiones para aumentar la producción, no es algo de un día para otro. Hay un desbarajuste en la producción y servicios, y mientras el transporte de personas tiene dificultades, el de mercancías casi duplica precios en algunas rutas.

No está tan claro que los precios de producción se trasladen al consumo, en una economía global competitiva, y con una apreciación general frente al dólar. Los precios están por encima del 2% en Estados Unidos, y por debajo en China, Europa y Japón, en Sudamérica entre el 3% y 4%, y Brasil, India y Rusia en el entorno del 5%; donde vemos inflación es en países con otros problemas, como Argentina o Turquía. En suma, no hay por el momento expectativas en los precios al consumo que alarmen a los bancos centrales, y aunque subieran puntualmente mantendrían los tipos de interés, primero porque como vemos tienen poco que ver con que suban o no los precios; segundo, porque los bancos pueden influir en las expectativas para evitar una escalada de precios; y tercero, porque no se arriesgan con ninguna medida que afecte negativamente al empleo. En este contexto aplaudo el cambio de discurso del gobernador del Banco de España, que pasa de ideas económicas convencionales a reconocer la nueva realidad, incorporando las sensibilidades europeas sobre desigualdades en la crisis, consensos en las políticas a largo plazo, comprensión de la actuación del Gobierno, y otros detalles como la conveniencia de mantener empresas aun con dudoso futuro (pues mantienen viva una oferta y limitan el alza de precios).

Prácticamente cada día se celebra un aniversario, pero el segundo centenario de la muerte de John Keats no es uno cualquiera. Pese al poder poético de su imaginación que hacen a Keats un poeta romántico, vuelve siempre la vista a la realidad, dura y hermosa. "Es agradable -dice- andar despacio atravesando una llanura quieta/ las águilas parecen dormidas con las alas desplegadas/ pero el ojo rápidamente se pega al suelo/ sentimos como tira el ancla de la tierra/, y nos gusta esta resistencia/ mantener clara la visión/ y la mirada interior que se desvela". Al recordarlo pensamos en lo poderosas que son las ideas, y cómo han de estar siempre dentro de la verdad de las cosas.

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