El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

Cuando usted lea esto

Resulta curioso que los que nos exigían luz y taquígrafos estén negociando a escondidas

Cuando usted lea esto, cuando me haga el honor de zamparse este artículo, puede que haya habido acuerdo entre Iglesias y Sánchez, o entre Calvo y Echenique o entre Montero y Sán-chez o entre Echenique e Iglesias, o entre Calvo y Sánchez. Qué sé yo. Entre los que sea. Y Rufián y sus colegas habrán descorchado botellas de cava extremeño tuneados con etiquetas de una bodega de Granollers y brinden por la vida y por el amor.

Cuando usted lea este artículo, puede que tengamos gobierno del cambio o cambio del gobierno, que nuestros políticos chirigoteros se hayan pasado a la comparsa pese a que más bien parecen un coro de cuarteteros, o puede que no, que sigan ejercitando el noble y costoso arte del regateo, el farol, el amago, el chantaje y, por supuesto, el postureo electoral. Y que el portavoz del PNV pague una convidá de carne y sidra sin fin en mi añorado Alorrenea celebrando una buena negociación.

Pero es que, ahora que está usted leyendo este artículo, puede que haya sucedido lo increíble: que UP no se haya bajado las enaguas y haya rechazado los ministerios de ocio, deportes, transición ecológica y observación de las nubes esponjosas en la claraboya celestial. Y que Pablo Iglesias e Irene Montero tengan que volver a pelearse el pago del chalet en unas primarias con el errejonismo para, después, previsiblemente, verse vapuleados en unas las elecciones a celebrar en noviembre.

Y es que, al momento en que escribo esta columna, el gabinete de comunicación del PSOE ha difundido un comunicado entre los medios hablando de que han dado un ultimátum a los pode-mistas, vendiendo al peor postor que su oferta final está ya sobre la mesa, que el tiempo corre raudo y veloz y que la espada de Damocles pende afilada e insegura sobre la cabeza morada y coletuda.

Y no sólo eso, sino que mientras pergeño estas notas intentando darles un cierto sentido, la oficina de prensa de Unidas Podemos contestó a sus antes citados colegas diciendo que la reunión de los comités negociadores se ha paralizado solo por tomar un receso y que aún hay mucha tela que cortar respecto a sus socios en potencia, que no en acto.

Seguro que los mensajitos de Telegram, las videollamadas y los ristrettos de medio litro están echando chispas (de repente me planteo que hoy sería un mal día para que se cayeran las conexiones a las aplicaciones de mensajería) pese a resultar curioso que los que nos exigían luz y taquígrafos estén negociando a escondidas, sin explicar sus tejemanejes ni desvelar el petitum del suplico concordatario.

Eso sí, siempre nos quedará un consuelo: que la charla entre PSOE y UP se produce al más alto nivel. Cuentan los testigos que Carmen Calvo le ha dicho bonito a Echenique y que éste le ha contestado que él es más de atún de almadraba. La cuestión ha quedado clara: las negociaciones han ido con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela. O quizás no. Dependiendo de lo que usted haya leído.

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