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La esquina del Gordo

Las trompetas de Jericó

Ahora están tocando muchas trompetas a rebato y parece ser que las únicas murallas que están cayendo son las de la sociedad civil mostrando solidaridad

No pongo en duda sus conocimientos bíblicos, pero por si acaso no recuerda lo de las trompetas de Jericó, se lo cuento en pocas palabras.
Resulta que el pueblo judío después de cuarenta años de dar bandazos por carecer de GPS, al llegar de sopetón a la Tierra Prometida, sin saber que lo era, lo primero que encuentra es una ciudad fuertemente amurallada, inexpugnable: Jericó. La tropa, bien entrenada en paciencia y en resignación, como toda tropa que se precie, después de periodos de cuarenta años de ordeno y mando, no mueve un músculo.… ¿mesentiende?
Resignado, el pueblo judío, acostumbrado a dar rodeos, hizo lo propio con la ciudad durante un tiempo más, hasta que por fin Jehová se dio cuenta del mareo y mandó tocar las puñeteras trompetas. Oiga, fue visto y no visto. Como el que no quiere la cosa, oh milagro, se vinieron abajo las murallas y los turistas entraron en tropel, como hacen siempre. ¡Era la señal, al fin habían llegado a la estación términi! Empezaba una nueva vida.
¿Que a qué viene recordar lo de Jericó precisamente ahora, con la que está cayendo? Pues porque por muchas trompetas que suenen -que suenan, esa es la verdad-, nadie parece enterarse, y seguimos dando rodeos y dejándolo en manos de gente sin GPS que no saben ni donde está el norte. De hecho ahora están tocando muchas trompetas a rebato y parece ser que las únicas murallas que están cayendo son las de la sociedad civil mostrando solidaridad. Ya es algo, a pesar de la desorientación que significa el ¡y tú más!, y el ¡peor lo hiciste tú cuando te tocó!, lo cual, en el caso que nos ocupa, contribuye a que las murallas sean más altas cada día por la sencilla razón de que hoy están hechas con ideologías. Pero ahí está Jericó con todo su mensaje trompetero para avisar de que todo puede cambiar. Allí cambió. Aquí, por muchas trompetillas que suenen desde mucho tiempo atrás, gracias a la nuevas murallas nadie se mueve, aunque sí descubren a héroes por necesidad y villanos por necedad.
Queda, eso sí, una levísima esperanza de que todo cambie cuando ya no sean necesarias las trompetas, ni la distancia ideológica entre personas cuando la carencia de productos y la intervención de precios obligue a la gente, el noble pueblo que hoy muestra su mejor cara, a seguir siendo solidario y no se convierta en enemigo de sí mismo, como ya ocurre en el sur de Italia con asaltos a las tiendas y a viejos en los cajeros. ¡Ah!, ¿que aquí también hay conatos? Será porque las trompetas tienen sordina mediática o porque las silencian los que ya están instalados.
Menos mal que, según el CIS, Sánchez sigue siendo el político mejor valorado y que ha accedido a que se nombre una comisión en el Congreso. Claro que aquí cabría recordar lo que dijo Napoleón: "Si quieres que algo no funcione o se demore eternamente nombra una comisión". O sea.

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