El tranvía que se ha hecho esperar

La calle Real se ha convertido en la gran arteria peatonal para pasear, para convivir, para divertirse, para las fiestas de la ciudad

Es la gran noticia en la Bahía. Después de haber provocado multitud de editoriales, de muchísimas noticias, incluso demasiadas fake news durante el largo periodo de su gestación, esta vez sí. Por fin, después de 16 años de espera y varios anuncios desde la administración para su puesta en funcionamiento, el tranvía se pone en marcha. Son muchos los políticos que el tranvía ha dejado atrás, casi todos salpicado por la mala ejecución de la obra. Sin lugar a dudas, San Fernando ha sido la ciudad más afectada por las obras de un trazado por el centro de la ciudad al haber sufrido un gran cambio en su fisonomía, mal explicado, mal ejecutado desde el principio y que originó muchas polémicas.

Ahora, con la calle Real convertida en un gran escenario al aire libre, convertida en un pulmón económico para la ciudad cuando antes, del tranvía, era un desierto por las noches, es aceptada por toda la ciudad y por la hostelería que se ha instalado en esta vía peatonal descomunal. No hay otra calle peatonal tan grande en otra ciudad cercana a la nuestra. Pero mucho ha dado que hablar desde que en el año 2007 se anunciara que la Isla y Chiclana (probablemente la mas beneficiada por este transporte) quedarían unidas por un tranvía.

Desde el principio el trazado, por distintos intereses, provocó un gran rechazo. No solo político sino también por parte de una sociedad instalada en el centro histórico que vio pérdida en sus intereses, tanto económicos como urbanísticos. Se organizaron concentraciones, movilizaciones, recogidas de firma por parte del Partido Popular que estaba en contra desde el primer momento, se creó una asociación denominada Centro Histórico que luego se trasladó a un partido político llamado Ciudadanos. El tiempo hizo desaparecer a esta asociación, Ciudadanos se convirtió en otra cosa, las firmas recogidas (10.000) por el PP a través de su cabeza visible en aquel momento, Pedemonte, se perdieron cuando este grupo político entró en el gobierno de la ciudad.

Pero el desastre en la ejecución de las obras, las molestias que ocasionaron a los ciudadanos, hizo que incluso los más optimistas e incluso los beneficiarios de un viaje a Bruselas con dinero público, perdieran la ilusión por el tranvía. Hoy cuando se inaugura oficialmente este medio de transporte, la ciudad todavía no ha hecho el plan de movilidad. Ahora 16 años después y un presupuesto que se ha triplicado con respecto al inicial, nace un trasporte en la Bahía con muchas incertidumbres sobre su futuro. Es un transporte limpio, ecológico, moderno, de futuro por el cambio climático, pero está por ver su rentabilidad visto el fracaso en otras ciudades y todo dependerá de cómo se gestione.

Pero de lo que no cabe duda, es de que la ciudad a pesar de todo ya no quiere ni puede volver atrás. La calle Real se ha convertido en la gran arteria peatonal para pasear, para convivir, para divertirse, para las fiestas de la ciudad. El tiempo dirá, si como se dijo, los ciudadanos de la Bahía vendrán a consumir a La Isla en el tranvía como si lo harán al Polígono de Tres Caminos.

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