Decíamos que teníamos la mejor sanidad del mundo. Era, para nuestra Comunidad, la "joya de la corona". Pero con la llegada de la pandemia, un grave problema sanitario impensable en nuestra sociedad europea, quedaron expuestas las graves carencias de nuestro sistema sanitario. Ni éramos tan buenos, ni ahora somos tan malo. El problema sanitario que tenemos es consecuencia de una mala gestión desde hace bastantes años.

Salimos del confinamiento con la mentalidad que nos daba un alentador eslogan de "salimos mas fuerte". Y nos lo creímos. Pasamos de un estado de ansiedad a un estado de total divertimiento en un abrir los ojos. Es verdad que así nos lo vendieron para atraer turismo que aliviara la maltrecha economía. También necesaria y casi obligatoria. Pero un mal cálculo nos ha llevado de nuevo a la actual situación de emergencias. Y de nuevo aparecen las carencias de un sistema público descuidado desde la última crisis económica que tuvimos. No se ha puesto remedio a los males descubierto desde marzo. Y ha habido tiempo.

Miren ustedes, la Atención Primaria está necesitada de profundos cambios. No cumple con la función para la que fue creada, en nuestra comunidad, allá por el año 1986 en que se abrieron los primeros centros. Nuestra ciudad fue uno de ellos con Rodríguez Arias. Es verdad que desde entonces todo ha cambiado, la sociedad también, y está necesitada de nuevos programas sanitarios. Pero los cambios producidos, los recortes, con una pésima gestión de dirección, siempre de espalda a los profesionales, han maltratado la atención primaria hasta llegar al colapso en que se encuentra en la actualidad.

Lo denunciaba días atrás una profesional del centro de La Ardila. El centro más colapsado de la ciudad, que lleva años sufriendo un desbordamiento de usuarios, a la espera del eterno centro de salud de Camposoto que les alivie del sobrepasado numero de cartillas que tienen adscrita. Pero lo de ahora es un caos total. Las consultas telefónicas están bien para contratar una oferta televisiva o pedirte una pizza, pero no es nada recomendable para que te emitan un diagnóstico de una patología. Esto si consigue cita para que te vean. Están dando, en nuestra ciudad, citas para catorce días. Las PCR protocolizada para hacerlas dentro de las 24 horas están dando citas para cinco o seis días. Una autentica barbaridad cuando en atención primaria la demora tiene que ser cero. ¿Cómo puede esperar una persona con un problema de salud catorce días para que le emitan un diagnostico? ¿Y las revisiones médicas de especialistas, cómo las consiguen? Pues utilizando la única puerta que tienen abierta, irse a los servicios de urgencias con lo cual estos quedan saturados. Esto es un colapso sanitario. Y los profesionales están desbordados, haciendo tres y hasta cuatro consultas. Se ha pasado de los aplausos a la desconsideración más absoluta. Ni se contrata personal ni se ponen sustitutos suficiente. ¿Dónde están ahora los que aplaudían la sanidad pública? Los gobiernos municipales no tienen competencias sanitarias, pero no estaría mal que, ahora, ante la denuncia de los profesionales de nuestra ciudad se les diera apoyo público y denunciaran el deterioro que está sufriendo la atención primaria de La Isla. Es un servicio público de la ciudad.

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