El sexo y la lengua

Espero, eso sí, que algunas de las frivolidades jurídicas se supriman o corrijan

Hagamos resumen de la polémica: Irene Montero presenta su primera obra legislativa pretendiendo que al hacerla pública coincida con el 8-M. La sección ministerial socialista, en la que figuran juristas de reconocido prestigio (y también Carmen Calvo), le da tal somanta de palos formales, de fondo e incluso ortotipográficos al anteproyecto que el Vicemacho Alfa salta como una rana a la charca denunciando que las excusas técnicas al truño (Candela Peña dixit) esconden a un machista frustrado. Al instante todo el mundo sobreentiende que la pulla va por Juan Carlos Campo, que no tarda en contestar que los políticos (coletudos) hablan demasiado.

El problema del adanismo es que acredita la ignorancia con fehaciencia. Cuando un aficionado hace un trabajo haciéndose pasar por profesional se activa la batseñal: lo barato sale caro. Y esta verdad inmutable es común a los anteproyectos de ley que garantizan la libertad sexual. De hecho ese es uno de los motivos por los que no opero a corazón abierto o construyo rascacielos. Pero la ignorancia es osada, reza el dicho, y, a veces, más que atrevida resulta negligente, por mucha buena voluntad que se ofrezca.

Imagino que el bodrio de anteproyecto será refinado por manos y mentes más adecuadas y que en breve se tramitará para su aprobación. Espero, eso sí, que algunas de las frivolidades jurídicas que he leído se supriman o corrijan, más que nada para que no aumente la lista de espera de resoluciones del Tribunal Constitucional, que me temo tendrá que entrar a hierro en la cuestión.

Sólo con buenas intenciones no se gobierna. Y con eslóganes tampoco, por mucho que últimamente nos esté saturando de ellos un gobierno en coalición al que se le ven las costuras cada vez más. Hemos pasado del lamentable "Sola y borracha, quiero llegar a casa", al redundante "Solo sí es sí" pasando por el criminal "ante la duda, mejor viuda". Incluso una fiscal reconvertida a política, Gabriela Bravo, ha manifestado su deseo de regular que los abogados que atiendan de oficio a mujeres maltratadas se vean incapacitados para hacerlo con presuntos maltratadores. El colmo, vamos. Y encima lo defiende una jurista que ha jurado defender la legalidad.

Esta es la deriva, tendremos que adaptarnos en lo que se pueda y confiar en que el resultado sea mejor que el de una nefasta ley contra la violencia de género que no sólo no ha disminuido exponencialmente el número de mujeres asesinadas sino que hay quien sospecha que genera el daño que pretende soslayar.

En definitiva, prefiero pensar en cosas más agradables, como por ejemplo en que mañana viernes, a las 18.30 horas, se ha convocado en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz una concentración de personas referentes y relevantes de la literatura y cultura gaditanas al objeto de adherirse a la candidatura de la capital de nuestra provincia como sede del X Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará en 2025.

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