Antonio Morillo Crespo

¿Qué será después?

07 de octubre 2025 - 03:04

Cuando cierre los ojos por última vez, cuando no sienta nada, ni respire, ni tome aire, ni sienta nada, absolutamente nada, el alma saldrá del cuerpo inerte y se irá volando ¿adónde?

Sócrates decía a sus alumnos teniendo en la mano un vaso de cicuta para tomar y morir: “No lloréis por mí, porque cuando muera mi cuerpo quedara aquí, pero mi alma es inmortal y vivirá para siempre”. Sí, el alma es inmortal y vivirá.

¿Y cómo será esa vida? ¿Siempre en la contemplación del Dios eterno? ¿Qué nos tendrá reservado? Pasarán siglos y siglos y será verdaderamente una eternidad. De todos modos es inimaginable, pero si Dios es todopoderoso, habrá pensado o preparado qué tareas o qué materias habrá por entonces. Quizás convertirse en un árbol solitario con grandes ramas que solo vive del aire, del viento y de la lluvia, pero siempre vivo y alegre. Quizás convertirse en una nube que vuela por encima de los terrenales y cruza continentes. Quizás, en un mar ancho y revuelto en olas que mansamente, una y otra vez, se vierte sobre la playa, sobre la orilla.

Mas pienso que la vida es una curva sobre un eje de coordenadas. Nace en el principio, en la conjunción de las dos líneas, sube poco a poco y, cuando llega al cenit, comienza a bajar poco a poco también hasta volver a rozar el eje horizontal y también hasta que llega un momento en que se funde con ella y dejas de existir.

El alma, con todos los sentidos abiertos, se mirará a sí misma preguntándose dónde está y qué hacer. Será una especie de sueño sin soñar, completamente despierto, pero sin poder articular palabras ni andar, puesto que no tiene cuerpo para hacerlo.

¿Y Dios? ¿Dónde estará? Será como una enorme nube inteligente y llena de luz. Solo ver, mirar y sentirse lleno de una paz enorme e infinita. No habrá tiempo, ni antes ni después, como un camino sin camino y una nube sin nubes. Si Dios nos ha hecho suyos, entraremos en una superficie sin principio ni fin. ¡Oh, Dios! Me turbo, me embriago, me ensueño pensando y pensando. No puedo imaginarme cómo será, solo pienso que será sin veredas ni caminos, que se estará siempre en una paz infinita.

Y aquí y allá millones de seres como aves sin alas en una paz enorme sin fin. Dios lo llena todo con su ser e irradia un silencio de ensueño. Intentar verlo de cerca y se difumina, pero se ve con toda claridad. A veces se intuye que está sonriendo con una mirada dulce y etérea. Es como si se estuviera en medio del mar sin ver horizonte alguno, ni siquiera cielo. No hay techo ni suelo, estar como flotando en un firmamento claro y diáfano.

Si por el contario no lo merezco, caerá el alma en un pozo hondo y amargo que tendrá en el magna profundo su fin. Será como esa ángor, angustia y ansiedad que se siente a veces con el pecho y el corazón solitario en una noche sin aurora.

P.D. Pero sobre todo donde está Dios, que todo lo llena, todo lo suspira, todo lo inunda. El corazón o algo que le pueda parecer en el ánima, que es lo único que se conserva y está lleno de gloria y de contento. Y pasa el tiempo como si no pasara, horas y horas, días y días sin que allí se puedan contar ensimismados y llenos de eternidad.

stats