El ruido en la política

La publicidad se debe dar cuando las negociaciones han llegado a su final; lo contrario, el ruido, estorba

Creo, sinceramente, que lo mejor que le puede pasar a la política es alejarse del ruido. Es el gran problema que tenemos en este país, todo lo que se hace, sea bien o sea mal, lleva el acompañamiento de una orquesta desafinada con el único objetivo de dificultar, entorpecer o tapar una determinada acción de gobierno. Ha ocurrido con la ley de reforma laboral. Una acción política que lleva el importante sello de un pacto social, la aprobación de sectores tan discrepantes como son los sindicatos y los empresarios. Una Ley que cuenta con el respeto de Europa. Pues bien, un torpe error de un diputado torpe ha alimentado que toda la corte de derechas de este país monte una monumental bronca para tapar el éxito de esta ley. Éxito porque va a mejorar la vida de jóvenes con empleos en precario y este cambio les va a facilitar su vida laboral y social. Pero el ruido que viene acompañando la política española ha tapado la importancia de esta gestión.

Sin ruido, como viene siendo habitual, pero con una gran brillantez como siempre, la Academia de San Romualdo isleña presentó (con los arquitectos que han realizado el proyecto) el pasado martes la rehabilitación que se ha realizado en algunas dependencias del Arsenal de La Carraca. Casa de los Operarios, Fonda Correa y sobre todo el Penal de Cuatro Torres, un edificio histórico que amenazaba ruina. Como dijo el historiador isleño D. Juan Torrejón, Cuatro Torres era uno de los edificios del Siglo XVIII mas significativos del Arsenal. Hoy gracias a su rehabilitación sigue siendo uno de los edificios mas importantes de la ciudad. Están pendientes de la reforma de algunas naves que sirvan para exposición permanente de material histórico. Esperemos que mas pronto que tarde todo esto se una al patrimonio visitable de la ciudad. Esta recuperación se une a otras que en los últimos años se están llevando a cabo en la ciudad. Una recuperación patrimonial que llevaba tiempo pidiendo la ciudad. Quedan cosas pendientes como el Puente Ureña, situado en un lugar casi escondido y poco cuidado y que espera poder recuperar el esplendor y la importancia histórica que tiene, a la vez que todo el margen de Caño Herrera, ahora libre de artefactos ajenos que lastimaban la vista, así como incluir al Cementerio de los Ingleses o como lo quieran llamar, otro edificio lleno de historia. Toda esa zona sería, sin dudas, de una belleza inigualable.

Quizás la Academia con la importancia que tiene para la cultura y el patrimonio de la ciudad, pueda influir en esta recuperación. Todas estas actuaciones se han realizado sin ruido, con horas de trabajo, de negociaciones, de acuerdos y desacuerdos. Es la forma de poder realizar buenas inversiones, sean para cultura o para otras actividades de la ciudad. La publicidad se debe dar cuando las negociaciones han llegado a su final. Lo contrario, el ruido, estorba.

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