Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

La reunión del BCE en cinco comentarios

Primero. Todavía hay nubarrones negros.

La presidenta, Christine Lagarde, advertía ayer, tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que, a pesar de la clara mejoría económica, a corto plazo las perspectivas siguen empañadas por la incertidumbre sobre el resurgimiento de la pandemia y el despliegue de las campañas de vacunación. Hay muchos contagiados y seguimos con muchas medidas de contención que limitan la actividad económica. Significativo es, por ejemplo, el sector servicios, que "va en la buena dirección", pero aún hay señales de inquietud, porque ni el consumo ni las ventas minoristas han recuperado el nivel previo a la pandemia.

Segundo. El BCE va a seguir apoyando la recuperación.

Ninguna sorpresa deparó ayer las decisiones adoptadas. De nuevo, Lagarde reiteró el compromiso del BCE de hacer lo que haga falta para mantener unas condiciones de financiación idóneas para contribuir a superar esta crisis. Se esperaba que se situaran en "modo pausa" y así ha sido. Se mantienen los bajísimos tipos de interés, se seguirá brindando amplia liquidez a la banca a través de las operaciones de financiación y continuarán las compras de activos conforme lo establecido en reuniones anteriores, e incluso las realizadas bajo el programa PEPP a un ritmo significativamente mayor que durante los primeros meses de este año.

Tercero. La flexibilidad preside la actuación del BCE.

La presidenta señaló que seguirán actuando con flexibilidad para distribuir las compras a lo largo del tiempo, entre clases de activos y entre jurisdicciones, y que también con flexibilidad para no utilizar el programa PEPP en su totalidad si no es necesario y flexibilidad para volver a calibrar su dotación si fuese conveniente. Esta total flexibilidad con la que se ha dotado el BCE para luchar contra la pandemia, y que beneficia a países como España, puede empezar a ser contestada por los "halcones" a medida que la pandemia se aleje.

Cuarto. Los estímulos fiscales son vitales.

"Las políticas fiscales y monetarias nos complementamos, no somos un sustituto", dijo Lagarde, volviendo a insistir una reunión más en que una postura fiscal ambiciosa y coordinada sigue siendo crucial y, por tanto, la necesidad de aprobar cuanto antes el paquete de estímulos NextGeneration EU. También, de continuar con las políticas fiscales nacionales acompañadas de reformas estructurales de mejora de la productividad, y pidió a los Estados que utilicen los fondos para un gasto público productivo.

Quinto. Es pronto para un debate sobre el final del PEPP.

"No hemos discutido el final del PEPP, es prematuro", afirmó la presidenta, aclarando que no se había debatido ese tema en el Consejo de Gobierno, y que eso dependerá de "los datos que se vayan conociendo". Las cosas están lo suficientemente mal todavía como para que los "halcones" aún no se muestren combativos. Veremos a partir de junio. Será entonces cuando el BCE lo tendrá difícil: poner fin a tanto dinero barato puede afectar a la estabilidad de los mercados financieros y encarecer las primas de riesgo de algunos países, pero si quiere corroborar su independencia y ser fiel a su objetivo, tendría que actuar le pese quién le pese.

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