Análisis

Tito Valencia

La resiliencia del Parque

San Fernando lleva años sin hablarse con su historia. Y las salinas forman parte del olvido

Lleva un tiempo la ciudad dibujando proyectos medioambientales. No estamos acostumbrados a que el Parque Natural sea la preferencia en un gobierno y visto también como un recurso económico. Todo lo contrario, siempre ha sido motivo de quejas y de justificación para cuando no se encontraban soluciones a diversos proyectos de esta ciudad. El Parque nos encorseta, el Parque comprime el desarrollo turístico de la ciudad, el Parque no genera recursos económicos. Como digo, el Parque Natural era la justificación para que la Isla no saliera del impasse al que estaba destinada. Pero parece que después de tanto tiempo en el olvido, después de tanto tiempo en abandono, después de tanto tiempo perdido, al Parque Natural, a sus salinas, caños, esteros, les ha llegado la hora de reciclarse y de ponerse en valor para sacarle todo los recursos, tantos medioambientales como económicos, que atesoran en sus entrañas.

A la parte natural de la ciudad le ha llegado su Resiliencia. La reflexión del anterior artículo comentaba la mala situación de los márgenes de la ciudad. El gobierno Municipal reflexionaba sobre la necesidad del arreglo de las vueltas de afuera por su peligrosidad y el miedo al desborde. Ahora la reflexión y el estudio se hace sobre las salinas. El protocolo firmado por el gobierno con Ctaqua, trata de la gestión sobre las marismas y salinas de nuestro término municipal. Hay un dato importante, en la firma de este acuerdo estaban representados personas autorizadas en la materia, como debe ser. No sé si al final este proyecto verá la luz, pero ya es algo que se intente reinventar una industria que fue santo y seña de esta ciudad y que los jóvenes ni conocen.

San Fernando lleva años, muchos años, sin hablarse con su historia. Y las salinas y sus esteros, entre otras muchas cosas, forman parte de ese gran olvido que la ciudad tiene con su pasado. Chirría bastante cuando escuchamos a ciudades de nuestro entorno vender sus excelencias sobre la sal, sus museos, su gastronomía sobre los esteros. Nosotros, nada que nos recuerde que La Isla fue una gran salina. Ya nada será igual. Los tiempos cambian, pero sin duda este proyecto puede, debe, tener un gran futuro. Este acuerdo, liderado por el gobierno municipal, tiene un gran potencial como desarrollo no solo de sus salinas y esteros, sino también por lo que puede aportar como actividades turísticas, deportivas, culturales y gastronómicas. Además, la importancia de poder contar con la Universidad, genera un plus de I+D+I para garantizar la investigación de nuevos campos de la fauna marina. En definitiva, es un proyecto muy ambicioso, que necesita mucho estudio y mucha inversión, además de una apuesta segura, fuerte y decidida, principalmente, del gobierno municipal y de las demás administraciones. Pero ya es algo, o mucho, que la ciudad, después de tantos años de abandono, piense que el Parque, nuestro Parque Natural y sus salinas y esteros, sirva para algo mas que para acumular suciedad y mala imagen. Esperanza de que por fin sobre el Parque, sobre la zona Este de la ciudad, algún día salga el sol.

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