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Análisis

José Antonio Ortega Romero

El recinto ferial del centro

Ha llegado la carrera electoral. La época del cartel, el vídeo y los grandes eslóganes. De la omnipresencia de los políticos en calles, redes sociales y actos públicos. En el caso de aquellos que pasan reválida tras su trayectoria de gobierno, veo cierta estrategia basada en el "pan y circo". Un empuje final para convertir el centro de El Puerto en un recinto ferial donde cada fin de semana pase algo. Con algunos eventos realmente interesantes como el de Star Wars y otros más propios de un pueblo.

Leíamos en perfiles digitales del gobierno que El Puerto se había convertido en el epicentro del ocio de la provincia. Lo que está claro es que ha llegado el momento de votar y han entrado las prisas a todos. Y generar imagen de recuperación del centro histórico puede ser un buen gancho para cazar votos.

Concretamente, el pasado fin de semana, el Ayuntamiento de El Puerto organizó diferentes conciertos en enclaves céntricos como la calle Misericordia y la Plaza de la Cárcel. Siempre he considerado importante que se programen actividades en el centro para atraer a visitantes para dinamizar la economía local. Es la línea a seguir. Sin embargo, creo que también debería tenerse en cuenta el descanso de los vecinos del centro, que ya de por sí lidian con los inconvenientes de una zona de alta afluencia, sobre todo en verano y en fiestas concretas. Castigamos así aún más a unos vecinos que ya sufren, siempre en silencio, las incomodidades del ocio nocturno.

Además, que estos locales saquen sus actuaciones a la calle no responde a un evento especial, como es el caso de esta 'Fiesta Ochentera'. Sacar los altavoces a la calle es práctica habitual de algunos bares de copas, entiendo que sin ningún tipo de razón que lo justifique y permiso que lo legitime. Incluso algún grupo se ha atrevido a ridiculizar a vecinos que han intentado, con todo su derecho por los impuestos que pagan, salir con su vehículo. Locales que, además, durante la noche, no respetan la normativa de mantener doble puerta cerrada o que ubican sus mesas en la puerta de las viviendas dificultando el acceso a los vecinos.

La convivencia vecino y hostelero es posible como demuestran todos los bares y restaurantes, que cumplen a rajatabla horarios y formatos de terrazas. Otro cantar es si hablamos de casos muy concretos de bares nocturnos.

En mi opinión hay otras zonas del centro más apropiadas y menos castigadas a lo largo del año. Además, vamos en contra de la corriente de sostenibilidad de las principales ciudades españoles que invierten en campañas de concienciación sobre contaminación acústica para que el ocio nocturno sea compatible con el bienestar ciudadano. Por estas inquietudes sobre convivencia pregunté en Twitter al teniente de alcalde de Seguridad y Juventud al cargo esta fiesta. Nadie respondió. Los concejales del gobierno, salvo los de IU, no entienden que la razón de estar en redes sociales debe ser la escucha y la interacción. Grave error que las redes sociales solo sean un canal más donde lanzar proclamas electorales.

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