Nunca deben los ríos morir antes del mar. Ni tampoco el silencio volverse agresivo. Ni la memoria tropezar con olvidos resistentes. Hemos aguantado un año fatal, duro, horrible, con enfermedades, pérdidas de derechos, inseguridades, miedos, amenazas, silencios…

Es un año éste que podría ser denominado como "Año perfecto de la mediocridad". Lleno de lugares comunes, de trasonistas -Trason era un soldado que quería agradar a todos en el Eunuco, de Terencio- ahora buenistas con leche de avancarga, progresismo egoísta, odios vesiculares, paupérrima literatura, políticos de derribo en todos los partidos. Asusta ver la mediocridad imperante en este año turbio y de pandemia. Qué de pensadores sin pensamiento, qué de escritores sin literatura, qué de extremismos sin eufemismos.

La mediocridad es el infarto de la inteligencia. El desecante que sostiene las viejas palabras calificativas desde antes de la invención de los adjetivos. Prosa pesada y desesperante, fruto de rencores enconados y desilusiones adversativas.

El símbolo de la mediocridad es un presunto autor en su papel de asesor de un gangreno público. Ah, dios mío, cuánta lírica del odio, cuánto zumo de las venganzas. Tengo la pila de libros delante. Escalofríos dan al recordar lo que alguno llama, recursos líricos, y yo, líticos.

Deseo que el viento del norte con el martillo de Odín acabe con el virus que nos confina y con la mayoría de los libros que nos rodean. No doy nombres, ni títulos, ni autores. Exacerbaría demasiadas inquinas y fervores malignos. Sólo diré los corazones verdes, y las bocas de la isla, la mala ralea de los enquistados, porque para ellos no hay vacunas, que para la pandemia dolorosa parece que sí, que se lleve el año nuevo todo lo malo, negativo y horrible que ha marcado este tiempo.

Pero no os preocupéis, ya hubo de estos en otros siglos. ¿Ejemplo? La genealogía de los / Modorroros. // el tiempo uastardo y perdido / se caso con la yiiocencia y Huuie / ron un Hijo que se llamo penseque…atribuida a Francisco de Quevedo…Junto con alguna de sus premáticas…

El año que se iniciará ya mismo me trae La Fábrica de la Luz, novelita imbricada a lo Quijote de Enrique Montiel, que inicia el montón de libros buenos. Obras son amores…