Estamos todos horrorizados con los precios que están alcanzando los alimentos. Nos vamos enteramos de los altísimos datos de la inflación de cada mes -en julio se situó en el 10,8%-, pero nuestra percepción al hacer la compra diaria es que los alimentos han subido mucho más que eso. Y así es, sólo hay que desgranar los porcentajes alcanzados en los diferentes productos y servicios que esa cesta general mide. Y preparémonos para más. El Banco de España estima que el precio de los alimentos seguirá disparándose en la segunda mitad del año.

El artículo que publicó el miércoles explica cómo el aumento de los precios de las materias primas de los alimentos se va trasladando a los precios de los alimentos con cierto retraso. Concretamente, si la tasa de variación del precio de las materias primas alimenticias se incrementa un 10% de manera transitoria en un mes concreto, se produce un aumento de la tasa de inflación general interanual del área del euro de unas tres décimas transcurridos doce meses.

Y llega a la conclusión que incluso si se asume que no se producen nuevas perturbaciones hasta finales del año ni sobre los precios de las materias primas de los seis grupos de alimentos en los que se centra -aceite, cereales, café, lácteos, huevos y carne-, ni sobre los precios de producción y consumo de estos, la inercia de las perturbaciones ya materializadas hasta mayo llevaría a un aumento adicional de 5% en el precio de los alimentos en la segunda mitad de 2022. O quizá más, porque hay otras implicaciones que hacen que la transmisión sea más elevada cuando el encarecimiento de las materias primas está en ciclo de aceleración que en el ciclo contrario.

Según estas estimaciones, si los alimentos están subiendo a un ritmo de casi un 13% anual (dato de junio), es probable que lo hagan a un 18% en la segunda mitad del año. El estudio se realiza para toda la eurozona, pero para España en particular estima que este efecto puede ser todavía más acusado ya que el peso de los alimentos en la cesta de la compra española es mayor, y dentro de ellos, consumimos en mayor medida determinados productos que son los que más se están encareciendo.

Así, en junio, para la zona euro el precio del aceite en el área del euro aumentó un 29% interanual, y los cereales y el café un 11%, mientras que lácteos y huevos, y carne lo hicieron en torno a un 12%. En ese mismo mes, en España, el precio del aceite se incrementó un 37% interanual, y los cereales, el café, los lácteos y huevos, y la carne lo hicieron en torno a un 16%, 11%, 16% y 10%, respectivamente.

La evolución es más impactante aún si consideramos la evolución desde principios de 2021. Desde entonces, en España el aceite es un 56% más caro; los cereales, un 17%; los lácteos y huevos, un 16%; y la carne, un 10%. Y este acelerón de los precios no sólo sucede con estos alimentos: un 93 % de las categorías de alimentos han registrado tasas extremadamente elevadas hasta el mes de junio, frente a los picos del 27% y el 54 % que se registraron en los años 2001-2002 y 2007-2008, respectivamente. Nunca antes la inflación se había extendido tanto y con tanta velocidad. Pues a ver qué hacemos.