La política y la Iglesia

Por qué España está condenada a vivir con este miedo, con este ruido, cuando ni la Iglesia ni otros países en peores condiciones que nosotros corren peligro de romperse

El año se inicia anunciando que el mundo seguirá caminando entre las incertidumbres de una guerra que se alarga y los pronósticos de una crisis económica que, según qué entidad financiera, será mayor o menor. La crisis de la política forma parte del guion de los partidos según se muevan en la oposición o en el gobierno. Ya es un clásico de final de año en el que los resúmenes para la oposición son de fracaso absoluto y los del gobierno son de una aceptación histórica. Pero hay que aceptarlo. Esto sucede en todos los niveles del poder. Y no hay que alarmarse porque esto ocurre también en una institución como la Iglesia. Donde hay poder, hay conflictos. Fíjense ustedes lo que está saliendo a la luz con la muerte de Benedicto XVI, un papa intelectual pero que no se puede olvidar que fue un inquisidor. Su muerte deja al descubierto todas las intrigas en contra del papa Francisco por una gran parte de la Iglesia que no se quiere renovar ni hacerse cristiana. El anuncio de la publicación de unas memorias del que fue fiel secretario de Ratzinger, monseñor Gänswein, son una venganza contra Francisco que le apartó de su lado. Y la Iglesia no se derrumba, aunque continúe perdiendo militantes. Si quieres saber que pasa en la política busque los entresijos de la Iglesia ¿Pero qué pasará en España? Pues que lamentablemente todo seguirá igual, por lo menos hasta después de las elecciones de mayo. Se preguntaba Enric Juliana, en su artículo de La Vanguardia, que hubiese pasado en España si el año 2022 se hubiese cerrado con una inflación del 12,3%. Pues que el griterío mediático sería ensordecedor. Y tiene toda la razón Juliana. España según la oposición y sus analistas mediáticos, terminaría el año 2022 metido en una recesión económica que hundiría toda iniciativa de recuperación postpandemia. Esto se acompañaría de una España que, una vez más, se rompería con los indultos del Procés. Es decir, miedo a la recesión y miedo a la convivencia. Además, parece que hay cierto deseo por parte del Partido Popular y de sus medios de que el país se coloque en el centro de una catástrofe que los lleve al poder. Un poder que llevan pidiendo días después de perder las elecciones. Recuerden como se han venido negando la legitimidad del gobierno, llamándole gobierno de okupas, gobierno de filocomunistas y hasta gobierno proetarra. De todo con el acompañamiento de un poder mediático tóxico y de un desprestigiado poder judicial que lleva en la ilegalidad varios años. Este es el país que nos han dibujado durante el año 2022. La realidad es otra, España tiene la inflación más baja de Europa, Italia nos dobla, Alemania casi y Francia también tiene su tasa más alta que nosotros. Los pronósticos económicos nos sitúan en una zona de crecimiento mejor que nuestros vecinos, pero que la oposición seguirá reclamando una España en recesión y dividida que los datos de la movilidad habida en estas pasadas fiestas desmienten. Por consiguiente, hay que preguntarse del porqué España está condenada a vivir con este miedo, con este ruido, cuando ni la iglesia ni otros países en peores condiciones que nosotros corren peligro de romperse.

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