Decía el poeta mexicano Amado Nervo que “la mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora de los éxitos”. Y estoy convencido que la culpa de que esto sea así es fruto de una impaciencia que a la larga nos sale cara porque además de dinero, amistades y sufrimientos, en la situación tan dramática que estamos viviendo –aunque algunos se lo tomen a cachondeo- el coste que supone es de pura supervivencia, es de vida o muerte. Así, sin más.

Forzar las situaciones cuando hay vidas en juego es de malas personas o de inconscientes titulados. Llevamos prácticamente dos meses metidos en manteca colorá cada uno en nuestra casa y el eminente Dr. Fernando Simón en la de todos, cuando en Andalucía, en la provincia de Cádiz y en El Puerto en particular hemos sabido interpretar a la perfección hasta el pasado día 2 de mayo que con la vida propia y la de los demás no se juega. Y digo bien, hasta el pasado día 2 de mayo, porque a medida que nos han estado rebajando el confinamiento, ha ido creciendo exponencialmente la temeridad y la falta de solidaridad con el prójimo cuando se ha salido a caminar o a hacer deporte por nuestras calles y paseos.

Lo de respetar el kilómetro a la redonda desde tu casa, o hacer uso de la hora que te permiten estar en la calle ha sido pura utopía. El fondo norte y el fondo sur de El Puerto han intercambiado sus estatus callejeros. Los de la zona del Parque Calderón se han ido hasta la playa de la Puntilla, y los de la Puntilla se han ido hasta el Parque Calderón según me cuentan mis espías de visillo.

Por supuesto eso de caminar ordenadamente a dos metros de distancia, por la derecha y con guantes y mascarilla no está hecho para estos nuevos forofos del paseo con chándales descoloridos de los años 80 de segunda mano, y zapatos gorila con pelotita verde incluida. Esquivar a propios y extraños en el paseo marítimo de la Puntilla ha sido deporte de alto riesgo. Estaba la playa igual que una Feria como en el tanguillo. Vuelve a haber sitio en los hospitales, pero recuerden que el virus sigue matando a personas. Ojalá no tengamos que lamentarlo.

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