Análisis

Gerardo manuel Vázquez

El mundo paralelo del urbanismo chiclanero

Como la disciplina del Derecho es a veces algo árida, me ha dado por empezar a estudiar la física cuántica, aunque a nivel de novicio.

La verdad es que la física cuántica es muy divertida. En la física cuántica una partícula puede estar en más de un sitio a la vez, algo que sería fenomenal para un letrado. De igual forma, las partículas pueden salir de la nada, lo que por el contrario no ocurre con los honorarios. Por otro lado, cambias una partícula y automáticamente cambias a su gemela que se encuentra a miles de kilómetros de distancia…, y más cosas mágicas.

Y lo mejor de todo ello es que nadie entiende nada. Algunos dicen que las partículas son ondas, otros dicen que no. Quizás lo más increíble es que hay partículas que no se sabe dónde están hasta que las miras. Estoy pensando cómo puedo utilizar esto último en mi trabajo diario. Todo es un lío tremendo, pero, aparentemente, las fórmulas matemáticas funcionan, y el lema es "aplica las fórmulas y calla".

El problema es que cada vez que los científicos profundizan más en una materia, más problemas les surgen. De repente te sale el problema de la antimateria por la derecha. Por la izquierda viene la cuestión de la materia oscura del universo. Y sin esperarlo te sacan el tema de la energía oscura. Es un sinvivir cuántico.

Últimamente, en un intento desesperado para cuadrar el círculo nos han presentado la teoría de los universos paralelos. Así, si surge un problema, no pasa nada, lo metemos en un mundo paralelo. Y empecé a pensar, y de repente entré, como Alicia en el País de las Maravillas, dentro de la madriguera del conejo, y caí en la cuenta de que ¡la Chiclana que conozco está en un mundo paralelo! No hay otra explicación.

De esta forma, hay dos chiclanas. En Chiclana A, los ciudadanos están como locos solicitando el permiso, llamado 'AFO', para obtener escritura para su parcela, y para obtener servicios; donde el Ayuntamiento aplica una tasa muy modesta para facilitarlo, y donde sus servicios administrativos están totalmente volcados en dar esta solución a los ciudadanos; es decir un mundo donde todo este asunto funciona como un reloj.

El mundo paralelo Chiclana B, la que conozco yo, no es así. Dicho de otra forma, es un poco la versión antimateria de Chiclana A. En Chiclana B, en urbanismo, el equipo de gobierno asegura que no hacen falta AFOs, que ellos son diferentes y que tienen su grandioso PGOU. Creo que es el tercer PGOU, uno anulado detrás de otro, pero en ese mundo paralelo eso no importa pues este nuevo PGOU sí va a funcionar. Además, aunque no funcione y se anule de nuevo, la ventaja es que así se distribuye la riqueza, dando más trabajo a los técnicos y equipos redactores. En Chiclana A el PGOU no funcionaría, pero en Chiclana B se aplica la física cuántica, es decir funciona hasta que es observado por un juez.

Lo bueno de todo esto es que así los chiclaneros tienen algo que comentar. Además, en Chiclana B han ideado un fabuloso sistema para reducir las cardiopatías de sus ciudadanos. En vez de tener agua potable dentro de la casa, ¡les han puesto un grifo en el medio de la calle! ¡Qué fabuloso sistema para que hagan ejercicio! Para su higiene personal, algunos chiclaneros tienen que asearse en agua de pozo contaminado con materia orgánica, lo que supongo es estupendo para su sistema inmunológico.

En fin, el equipo de gobierno Chiclana B debe ser mucho mejor que el de Chiclana A, y los ciudadanos de Chiclana B deben estar muy contentos, si no, no se entiende cómo son tan pasivos.

Y de repente despierto, y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño, y de que no existe Chiclana B. ¿O sí?… Os dejo pues tengo que llenar las cántaras en el grifo que esta en medio de la calle.

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