Ni siquiera el paso por el campo del colista le ha servido al Cádiz para despejar alguna duda y recuperar la confianza. Partido de la Liga 1|2|3, en el que la cuenta numérica parecía la que dice uno antes de meterse en la cama. Y seguro que alguno lo contó en voz alta al descanso, sabedor de que con esa dinámica la segunda parte no sería muy distinta. Pues el que optó por eso no sé si será más o menos cadista, pero se ahorró el tostón de otros 45 minutos para acabar igual en el marcador al final del partido. Un punto siempre es un punto, pero vista la trayectoria del rival sabe a poco, sabe a oportunidad perdida para empezar a enderezar el rumbo. En mi opinión, no se puede considerar un punto que rompa la mala racha. Para los más optimistas, esta última racha de encuentros no es preocupante si se mira partido a partido. Empate en Sevilla; si se meten los dos penaltis ante Osasuna somos los mejores otra vez; ruina en Lorca (este sí) y empate trabajado ante el Numancia. Pero si se mira en su conjunto, son solo dos puntos de doce posibles y muchas dudas sobre lo que fue el equipo de la pasada temporada e inicios de esta. Y dos son los puntos clave para esta pájara: la efectividad en defensa ha pasado a mejor vida y la ausencia de gol se nota a borbotones. El Cádiz de Cervera ha basado su éxito en una fortaleza defensiva impresionante que le permitía aprovechar las ocasiones que se presentaban. Y claro, sin una ni otra esto no puede parecerse a lo que vimos. ¿Hay tiempo de enmendar la plana? Por supuesto. Pesimismo ninguno. Un equipo que ha conseguido éxitos con esta forma de jugar no puede olvidarse de la noche a la mañana de hacerlo. El problema en todo esto es que granitos de arena hacen una montaña y muchos pequeños problemas acaban formando uno grande. A medida que pasan las semanas sin que se vea reacción aumenta de manera proporcional las prisas por hacerlo. Y las prisas son malas consejeras. Urge una reacción inmediata para que las prisas no se conviertan en nervios y los nervios en necesidades. La noticia de la renovación de Álvaro Cervera es excelente. Creo que a día de hoy pocos entrenadores han captado la esencia de equipo, de club y de afición como lo ha hecho Cervera. Y por eso, hoy por hoy, es lo mejor que puede tener el Cádiz. Cervera es un hombre de fútbol. Pero como hombre de fútbol sabe que todo eso no vale nada cuando llegan las vacas flacas.

Así que si hay alguien que se merece que esto se enderece cuanto antes, ese es Álvaro Cervera. Por tanto, fuera pesimismos y a remar todos en la buena dirección para cortar esto en seco. La temporada pasada tuvimos dos rachas de cinco partidos consecutivos cada una sin conseguir ganar. Y miren donde acabamos. No confundamos realidad con pesimismo. Realidad es aceptar que ahora no se gana. Pesimismo es pensar que nos va a seguir costando, incluso antes de que se jueguen los partidos que vienen. Quizás nos haga falta empezar un partido sin mirar atrás, sino adelante. Pues… ¿por qué no hoy?