Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Análisis

Paco Carrillo

Lo que no mata, engorda

La foto de la pescadería es una de las más ridículas que se han publicado

Durante este mes vengo intentando no hacer ningún comentario sobre política, aunque creo que hasta las 'noticias de sociedad' llevan su carga desde que dejaron de ser frivolidades inocentes, caso de que la inocencia no fuera confundida con la ignorancia.

La foto de la Emérita con la Consorte y sus 'ninias' en la pescadería del mercado de Mallorca es, permita mi escepticismo, una de las más ridículas que se han publicado en los últimos años. No sé cuánto nos cuestan los asesores de imagen de la Casa Real, pero sólo por esta actuación, deberían indemnizar a los contribuyentes por tomarnos por imbéciles.

Se cuenta que las tensiones que se viven en la Real Casa se mascan en el aire; que el incidente de la catedral de Palma marcó un antes y un después; que según los reporteros especialistas hemos llegado al punto de no retorno y, naturalmente, ya ellos están ajustando las cuentas de por cuánto nos va a salir el divorcio que, hasta los plumillas alemanes y portugueses dan por hecho a corto plazo.

Las 'ninias' en la pescadería, más que expresar curiosidad, tienen cara de asco a pesar de su fría didáctica de mantener altaneras las actitudes. Quien sabe si la alimentación macrobiótica tiene esas secuelas. Pero la entrañable foto familiar en la pescadería… Sí es la visita normal mientras sus agendas se lo permiten.

Afortunadamente tenemos a Jaime Peñafiel, a Pilar Urbano, a Pilar Eyre y sus interesantes e interesados comentarios para mantenernos al día; si no fuera por ellos seguiríamos soñando con la carroza de La Cenicienta y su célebre zapato de cristal, gran putada si le preguntaran a Manolo Blahnix. Por esto, nada que objetar a los servicios que nos prestan Jaime y las Pilaras. Sabemos lo que ellos se sacrifican por nosotros para tenernos informados, para quitarnos de encima la sensación de culpabilidad a los que somos monárquicos a machamartillo pese a los Trastámara, los Habsburgo, los Austrias ¡y los Borbones!, todos angélicos de bragueta para abajo y de bragas para arriba.

Pero ninguno de los tres nos informaron de la operación de espalda que sufrió don Felipe a mediados de julio, realizada mediante radiofrecuencia por aguja, con sedación, y que recibe el nombre de rizolisis o rizotomía, intervención recomendada desde las Unidades del Dolor para mejorar a medio y largo plazo la lumbalgia, la cervicalgia y la dorsalgia que se origina en las articulaciones zigoapofisarias, como todo el mundo sabe. Pero que los cronistas de corte se lo callaron como se han callado el último retoque en la nariz de doña Letizia, sin duda para no preocuparnos más y que quedemos entrañablemente emocionados con la foto de la pescadería, la foto del verano.

Si la clase media baja se contenta con ojear revistas atrasadas en la pelu, servidor es libre de comentar la actualidad aunque se abstenga de entrar en la política por prescripción meteorológica. Es difícil, créame, porque hoy hasta si se trata del papel higiénico se caee en ella. Por obvias razones, claro.

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