Análisis

Juan Gómez Fernández (académico de Santa cecilia)

El maremoto de 1755 y El Puerto

E L maremoto producido por el terremoto de Lisboa el 1 de noviembre de 1755, quedó grabado en el inconsciente de las poblaciones que sufrieron sus efectos. Ya nada iba a ser igual en algunos puntos de la costa gaditana, barrida por la gran ola y causante, no solo del cambio estructural en las tierras afectadas, sino que también quedó en el recuerdo y en el ánimo de los que lograron sobrevivir. En la Bahía de Cádiz se hablaría y se recordaría el fenómeno a través de los siglos y el hecho que corrobora mis palabras es este ciclo que la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia dedica al estudio físico-geográfico y humano de sus consecuencias.

Un ejemplo de este recuerdo a lo largo de la historia lo tenemos en el viajero romántico Eugene Poitou que pasaría por nuestra tierra en el año de 1866 con su familia y que daría origen a su libro Voyage en Espagne, publicado en 1869. Habían pasado más de cien años, pero en Europa aún resonaba el suceso. Este viajero al trasladarse en ferrocarril a Cádiz desde El Puerto de Santa María recordaba, al pasar por la lengua de tierra que une Cádiz al continente, como en este lugar perdió la vida a causa del maremoto el hijo del poeta francés Louis Racine y que describe como: "la mar, elevada a dieciocho metros de altura , derriba parte de las murallas de Cádiz; y una gran ola, atravesando impetuosamente la lengua de tierra que une la ciudad al continente, arrebata cerca de doscientas personas. El joven Racine, que había tomado la carrera de Comercio y habitaba en Cádiz, pasaba en ese momento por la elevación, en diligencia, con uno de sus amigos. La montaña de agua, abatiéndose sobre la carretera, cubrió y volcó el vehículo…".

Del maremoto, de sus orígenes y de sus consecuencias en la costa gaditana hablará hoy en la Academia, en sus habituales conferencias de los martes (a las 20:30 horas), la profesora Mercedes Pacheco Martínez. Titular de Física Aplicada y doctora en Oceanografía Física en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Cuenta con numerosos estudios sobre la Tecnología y la Dinámica Marina abarcando aspectos como el oleaje, corrientes marinas, niveles del mar y predicción de comportamientos. El acercamiento científico al maremoto de 1755 es fundamental para preparar a nuestra sociedad en caso de producirse nuevamente dicho fenómeno. Estamos en la zona y la posibilidad estadística de que se repita es cada vez más elevada. Es pues el momento de ponerse a trabajar para minimizar los efectos que pudieran ocasionar en un futuro que se nos antoja lejano pero no improbable.

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