Análisis

José Joaquín León

Tres goles para soñar

Cuando el partido avanzaba hacia el final con incertidumbre, apareció Manu Vallejo

El Cádiz cerró el año 2018 en Carranza con un 3-0 ante el Deportivo de La Coruña. Puede que el marcador sea demasiado abultado para el desarrollo del juego. O no. Porque si los visitantes acabaron con un 68% de posesión del balón, el Cádiz volvió a acreditar sus mejores virtudes. Entrega y concentración, firmeza atrás y picardía delante para sacar brillo a la noche. Cuando el partido avanzaba hacia su final con incertidumbre, apareció Manu Vallejo para demostrar que quiere ser un futbolista caro. Final feliz para disfrutar las vacaciones.

El Cádiz afrontó este partido con dos bajas importantes: las de Sergio Sánchez y Salvi. Pero Kecojevic recordó al de la pasada temporada y compuso una pareja sólida con Marcos Mauro. En la bande derecha estaba Álex, con Rober Correa que intentaba subir.

En los primeros minutos, el Cádiz volvió a demostrar que también podría jugar con más control y posesión. Pero no es ese el guión. Llegó el gol en una jugada ajustada a lo que se demanda desde el banquillo. Robo de balón, internada de Jairo, balón al área, y Lekic que se anticipa con instinto de ariete para desviar a la red.

Al cuarto de hora estaba el Cádiz con ventaja. Y pasó lo que se suponía: se echaron atrás y cedieron el balón del Deportivo. El rival posiblemente tiene una de las dos mejores plantillas de la categoría. Toca el balón con temple y criterio. Pero le costaba llegar. Cuando lo hacían, se encontraban con Alberto Cifuentes. Es como Yashine o Buffon, porteros que juegan como si tuvieran 10 años menos.

Pero las llegadas del Deportivo eran esporádicas. Eran la consecuencia de las pocas veces que Garrido y José Mari en primera instancia, o la defensa como último baluarte, no conseguían despejar. La segunda parte se estaba desarrollando con el mismo guión. Un Cádiz agazapado que corría y peleaba, pero que no tenía serenidad para tocar el balón desde atrás, sin regalarlo al contrario.

Esta vez acertó Cervera en los cambios. Sobre todo con el primero, para el último cuarto de hora, cuando Lekic, que ya aportaba poco, dejó el puesto avanzado a Dani Romera. Aunque el almeriense no marcó, su movilidad arriba fue decisiva para que el partido cambiara, en un momento en que el Deportivo achuchaba y Cifuentes sacaba una mano providencial.

Un despeje largo dio paso al guión perfecto del cerverismo. Alex entró por la derecha, y cuando todos esperaban que centrara a Romera, vio la llegada de Manu Vallejo, que se coló como sólo lo hacen los grandes delanteros y soltó un zapatazo de lujo para certificar la victoria. Después de algunos intentos estériles de los coruñeses, ya en la prolongación, el propio Manu hizo un jugadón en el área y levantó la mirada para servirle a Carrillo un gol que fue festejado por los jugadores como si hubieran conquistado un título. ¡Por fin marcaba Carrillo!

En este partido, el Cádiz consiguió tres goles en las tres oportunidades claras que crearon. Perfecto aprovechamiento. Pegada de gran equipo. Se cierra el año con 32 puntos, que es una cifra para estar arriba y pelear por todo. Tras la pesadilla de los primeros meses, llega la Nochebuena, con felicidad, y con derecho a soñar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios