Aveces, cuando escribo como echando la bronca a este ente amorfo llamado sociedad, creo que se me olvida que tiene la cara de cada uno de nosotros. La mía, también. Es tentador poner el foco fuera, la tinta no delata a la sangre de las manos, y quien no las tenga manchadas es porque se las lava constantemente. Pilatos style, digamos. Desentenderse, mantenerse en una favorecedora penumbra, deambular fuera del foco y sólo salir cuando terminaron las escenas peligrosas. El conveniente ver, oír y callar. ¿Quién no calló siendo testigo de bullyng, maltrato, acoso?... Todos los crímenes continuados que se cometen en una comunidad necesitan del silencio cómplice de la misma, desde los casos de pedofilia en Boston a una clase que calla cuando un compañero pega a otro. Ahora sale a la luz el acoso sexual a actores y actrices. Y la sociedad, amorfa, hipócrita y cobarde, de nuevo, grita o agacha la cabeza, como si nunca lo hubiera sabido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios