Siempre ha estado visible el enemigo, en todas las guerras, en todos los conflictos. Desde que el hombre era homo sapiens, incluso antes cuando solo era homo erectus, se peleaba con el prójimo, lo que pasa es que entonces no se llamaba prójimo, se llamaba … (en su idioma). Y a partir de entonces persas contra griegos, romanos contra cartagineses, musulmanes contra cristianos, japoneses contra chinos, alemanes contra rusos, ingleses contra españoles… infinidad de guerras de todo tipo y en todas, por mucho que se escaqueara, el enemigo era visible. En razón de ellas se empezó con el arco y la lanza, luego con la espada, la catapulta, la pólvora, el cañón., los aviones, los tanques… y ¿para qué seguir?... los barcos, submarinos, los misiles y las armas nucleares. En definitiva, dos cosas: una, que cada vez los estados se gastan más dinero en armas en perjuicio de otras cosas más necesarias; ysegundo, que cuando viene un enemigo común, los hombres caen como chinches. Por mucho que cambien los cascos de guerra por mascarillas, y estemos todos agazapados bajo las trincheras.

Las fuerzas de orden público y los ejércitos son necesarios, sobre todo por sus virtudes castrenses, la disciplina, la jerarquía, el adiestramiento físico y mental, el amor a la Patria común, (curioso que decir Patria es facha y decir País es progresista) la defensa del honor, la lealtad, el compañerismo… valores a propagar e imitar por si algún loco o nación vecina se sale de madre. Pero es hora de que todos los países se gasten más el dinero en laboratorios e investigación, que en pólvora. Y además comprender que la pregunta ¿dónde está el enemigo? tiene una respuesta muy clara… el enemigo es común a todo el género humano y está como las ratas, en las cloacas, junto a nosotros mismos.

Esa es la llamada del silgo XXI. Se acabaron o se deben acabar las enemistades entre los bloques o las naciones. Hay un enemigo común o varios o miles que pueden salir y nos pillan a todos en calzoncillos. Pensemos todos… ¡quizás esta plaga sea una llamada para todo el género humano! Para que nos demos cuenta de lo infelices que somos peleándonos unos contra otros como idiotas. Y sin embargo no nos damos cuenta de la mala leche y el daño que hace el terrible virus, sobre todo a los más indefensos. Para este bicho no hay derechos humanos, ni Tratado de la Haya, ni de Ginebra, ni de Cruz Roja o Media Luna, ni nada que se le parezca.

P/D . Alguien muy expresivo dice que toda guerra es "por la comía". El maldito virus también busca su comía, la carne bien hecha, la de la gente mayor. Y en plan telegrama: pactar con Bildu es una vergüenza, sr. Pedro Sánchez. Y dándole, a iniciativa de Podemos, reformas legislativas, las que más y más van a agravar el paro. ¡Es de locos!

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