Análisis

manuel amaya zulueta

Un empate 'pa' que me dejen escribir en paz

Que se lo pregunten a Mágico, que se tuvo que ir de allí del frío que tenía a todas horas

Como siempre, como siempre que juega el Glorioso, el Glorioso es el que va de amarillo y décimo tercero, me pregunto en el venivén del desayuno por el albur del partido del día, esa contingencia que a los que nos gusta er furbo va impregnando las horas lenta, acuciantemente. Por la mañana, soportable; por la tarde, de ávido modo, ansiosillo más bien, vamos, tela de nervioso, me confiesa mi amigo Javier el de Asisa. A veces hasta de lexatín 1,5.

Como desayuno en la terraza y es abril, diviso, casi sin querer, los rosales, y advierto de pronto cómo todos son amarillos. ¿Será por mi Cai de mi arma? Mira que la casualidad. ¿Será por esa querencia imborrable que siempre he profesado por el más grande de los poetas españoles del siglo XX, por "el andaluz universal", llamado en el Columela, Juan Ramón Jiménez, quien también apreciaba por encima de todas a la rosa amarilla?

Pásame la sacarina, por favor. ¿Lloverá hoy en Valladolid? Y el climita que hace en lo que era Castilla y ahora es Castilla-León. Si no, que se lo pregunten a González, el Mágico, que se tuvo que ir de allí del frío que tenía a todas horas. Aquí hoy hace una levantera de mil pares de.

Repentinamente recuerdo a Bolea (el ocho a la espalda) aprovechándose del aborrecido ventarrón para darle pérfido efecto al cuero y clavarla en la red de la memoria. Portería fondo sur, rodeado to los domingos de los taxistas de San Juan de Dios.

Ah, la memoria, acelerando por la banda izquierda al lado de Baena, o trasponiéndome a las diabluras que le hizo Juanito el de Mariana al central del Betis en el área del fondo sur aquella tarde.

Ríos se llamaba el grandullón de camiseta-banderita-andaluza.

Como siempre, parece que se ponen de acuerdo, comienzan a llamar, o uasean, o ponen audios los cónsules de Cádiz. Antes me llamaba a menudo er Cuqui. No el que estuviere emparentado con el Kichi, no, ése, no, el otro, el del Juzgado, que era jorobado y bueno, y muy amigo der Beni de Cadi y la manzanilla; no, de infusión, no, la mollatosa. Santa Gloria gocen.

A los amigos les ha dado, por eso del pálpito amarillo con que he apellidado a esta modesta página y, no sé si de cachondeo o de verdad, por inquirirme "¿qué va a pasá, hoy, pichamía, en Fachadolid?", el más izquierdoso, "poeta, qué te revela el pálpito amarillo", Enrique, que es maestro en la cosa esa de forjar relatos, y otros de cuyo nombre no me acuerdo ahora mismo.

Yo les digo que un empate, más que na pa que me dejen escribir en paz un articulito pal Diario de Cádiz que estoy empezando a pergeñar y quiero finiquitarlo antes de que sean las 4.

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